PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — El huracán Matthew se abría paso hacia el sur de Bahamas con potentes vientos el miércoles en la mañana tras dejar un rastro de daños en el suroeste de Haití. Los meteorólogos dicen que la tormenta se dirige a Nassau, capital de Bahamas, antes de acercarse a la costa de Florida.
Al menos 11 personas fallecieron por la potente tormenta durante su travesía de una semana en el Caribe, cinco de ellas en Haití. Pero con un importante puente desaparecido, carreteras intransitables y sin comunicaciones telefónicas, el extremo occidental del país estaba incomunicado y no se pudo informar sobre muertos y heridos.
Los meteorólogos dijeron que los fuertes vientos y lluvias ya están afectando al sur de las Bahamas, con vientos sostenidos de 115 kilómetros por hora (125 millas).
El día previo, Matthew barrió una remota zona de Haití con vientos de 230 kilómetros por hora (145 mph), y responsables del gobierno dijeron que no estaban en situación de valorar el impacto de la tormenta sobre el vulnerable país, con tendencia a inundaciones y donde fenómenos menos potentes mataron a miles de personas en el pasado.
«Lo que sabemos es que muchas, muchas casas han sido dañadas. Algunas perdieron los tejados y tendrán que ser reemplazadas, mientras que otras resultaron totalmente destruidas», dijo François Anick Joseph, ministro del Interior.
La tormenta llegó al extremo oriental de Cuba el martes por la noche, destruyendo decenas de casas en el poblado de Baracoa. Por el momento no había reportes de fallecimientos en Cuba.
A las 1200 GMT, el centro del huracán estaba a 85 km (45 millas) al este noreste de Cabo Lucrecia, Cuba, y se movía hacia el norte a 17 kph (10 mph). Matthew posiblemente se convierta en amenaza para Florida el jueves en la noche y después para otras áreas de la costa este de Estados Unidos.
El primer ministro de Bahamas, Perry Christie verbalizó la preocupación por el posible impacto del meteoro en el archipiélago, ubicado al este de Florida.
«Estamos preocupados porque no podemos controlar la naturaleza», manifestó.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami, dijo que los vientos de Matthew amainaron ligeramente durante la noche, lo que hizo que pasara de categoría 4 a una potente tormenta de categoría 3. Los meteorólogos advirtieron que el huracán podría ganar fuerza y seguir siendo una tormenta peligrosa en los próximos días.
La preocupación aumenta también en la costa este de Estados Unidos, a donde se espera que llegue la tormenta tras dos días cruzando Bahamas. Residentes en la zona acudieron a supermercados, gasolineras y tiendas de bricolaje para comprar alimentos, agua, paneles de madera, lonas, pilas y propano.
La gobernadora de South Carolina, Nikki Haley, anunció que el miércoles emitirá una orden de evacuación para que un millón de personas puedan abandonar la costa. La Cruz Roja mantiene en alerta a sus voluntarios en la zona.
Por su parte, el gobernador de Florida, Rick Scott, instó a los residentes a prepararse para la posibilidad de un impacto directo y almacenar comida, agua y medicamentos para tres días. La Casa Blanca dijo que llevó suministros de emergencia a zonas en el sureste.
En Haití, donde la ayuda internacional quedó interrumpida el martes por la imposibilidad de acceder a las áreas más golpeadas, reporteros de The Associated Press vieron a varios residentes de zonas inundadas caminando con el agua a la altura de las pantorrillas.
Mourad Wahba, representante adjunto especial del secretario general de las Naciones Unidas ante Haití, dijo que al menos hay 10.000 personas en refugios, mientras que los hospitales estaban saturados y quedándose sin agua. En su comunicado, Wahba dijo que la destrucción que dejó el paso del meteoro «es la mayor crisis humanitaria» en Haití desde el devastador terremoto de enero de 2010.
Matthew dejó la península sur de Haití aislada del resto del país. Un puente en el poblado inundado de Petit Goave quedó destruido, lo cual impide viajar por tierra al suroeste. La radio local indicó que el agua llegaba al hombro de los habitantes en partes de la ciudad de Les Cayes.
Milriste Nelson, un campesino de 65 años de edad del pueblo de Leogane, dijo que sus vecinos huyeron cuando el viento arrancó el techo de metal de su vivienda. En su propio patio humilde quedaron desparramadas las frutas de las que él depende para ganarse la vida.
«Los árboles de bananos, los mangos, todo arruinado», comentó Nelson. «Este país va a caer aún más en la miseria».
Las autoridades haitianas habían tratado de evacuar a los residentes de zonas vulnerables antes de la llegada de la tormenta, pero muchos fueron renuentes a abandonar sus escasas propiedades. Algunos buscaron albergues sólo cuando ya tenían encima lo peor del huracán.
Antes de que las comunicaciones por teléfono celular quedaran interrumpidas en el poblado suroccidental de Jeremie, un habitante describió haber visto a personas presas del pánico que no evacuaron sus hogares costeros y buscaban refugio desesperadamente al amanecer.
«Algunas personas que vivían junto al mar están caminando con sus cosas a través de calles inundadas en busca de algún lugar a donde ir», dijo Iralien St. Louis, un fotógrafo que se resguardó en su vivienda.
Se esperaban entre 381 y 635 milímetros (15-25 pulgadas) de lluvia, y hasta 1010 milímetros (40 pulgadas) en lugares aislados, junto con olas de hasta tres metros (10 pies) de altura.