diciembre 14, 2024
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octubre 9, 2016 | 192 vistas

Alberto A. Romero.-

La gira empezó muy temprano. Antes de las ocho de la mañana. En el libramiento, frente al centro deportivo del sindicato de los burócratas estatales. A esa hora el tráfico vehicular satura el anillo periférico. Llegaron dos vagones blancos, en ellos la comitiva de regidores y síndicos, con su Alcalde.

Seis de octubre, día del 266 aniversario de la fundación de Victoria. De camisa blanca, arremangada al antebrazo, Oscar Almaraz cruza hacia el camellón, deteniendo el tránsito con una mano, sin ayuda de tránsitos ni patrullas. Empleados del Municipio están iniciando la limpieza de la hierba que ha crecido a ambos lados de una pista de trote, que en esa parte tiene sus dimensiones más estrechas. De cada lado los carros pasan muy cerca. Muchos saludan con el claxon, agitando la mano o gritando algo. “Eeeeyyyyyyyy”.

“Saludadera” a quienes con la mano, con rastrillo o con sencillas podadoras van rasurando el zacatal. El grupo camina hacia el norte, se ensancha la pista se abre el camellón. Pasado el puente, con esfuerzos, Churu, se retrasa, no aguanta el paso. Se pierde la primera foto; la segunda y la tercera. Empiezan a aparecer corredores, algunos muy representativos, como el Director de la Facultad de Ciencias de la UAT. Un locutor. Un padre (de familia) con su hijo, ambos en bicicleta. El señor le pide a Almaraz que se construya una pista exclusiva para los ciclistas y se evite el riesgo de chocar con corredores.

Se nota que es la primera salida en grupo del Cabildo. Todavía no se acaba de romper el hielo. A la sombra de un ébano, cuando el sol mañanero apenas empieza a calar, el Alcalde se arranca con la explicación que habrá de ser recurrente todo el día. Dice que en lugar de fiesta, la mejor manera de celebrar a la ciudad es trabajando. Se refiere al problema de los servicios. A lo difícil de la situación en la recolección de basura que tanto irrita a la población. Habla a sus compañeros ediles de una manera didáctica. Les comparte que el Municipio no cuenta con los camiones suficientes para atender toda la ciudad. Informa que al final de la administración pasada se llegaron a dejar en las calles cien toneladas al día sin recoger.

La causa: un parque vehicular pobrísimo. Solamente once camiones en condiciones de ser utilizados, y casi el doble sin funcionar por descomposturas y falta de mantenimiento. Señala que consiguió 15 camiones, de volteo (así les dicen, no es albur) para poder dar la mayor cobertura del servicio. De inmediato una regidora (del PAN) le cuestiona que cómo los consiguió. Diez rentados, cinco prestados. Informa que en 35 días habrá de tomar la mejor decisión para comprar o arrendar (arrendamiento puro) los camiones que hacen falta para que toda la Ciudad cuente con la mejor recolección.

En la entrada de la colonia El Mirador termina el recorrido. Un automovilista, sin bajar del coche, les toma una foto con su cel. “¿Qué andan haciendo?”. Limpiando, la respuesta.

Ya sudorosos, de regreso a los vagones, para partir a la plaza del Ocho.

 

SESIÓN SOLEMNE DE CABILDO

Apenas llegan y los periodistas hacen lo suyo. Con cámaras y micrófonos, dirían los clásicos, cercan al Presidente Municipal, que hace público su especial estilo de celebrar. Cálido saludo al representante del Gobernador. Se ve que se conocen y se caen bien. Habrán de platicar animadamente durante toda la ceremonia. Hay buena respuesta a la convocatoria. Una asistencia plural, con empresarios, sociedad civil, clase política, universitarios y funcionarios. Todos resguardados en el techo que da la bienvenida exterior al Teatro de la Universidad.

Como preámbulo a la sesión solemne con que se conmemora el aniversario de la fundación de Victoria, el Alcalde da la bienvenida a la concurrencia. Se esmera en dejar muy claro su disposición a trabajar coordinadamente con la administración estatal.

Abre el Cronista de la Ciudad. Un poquito sobrado. Un poquito pasado en las apreciaciones por encima de la crónica histórica. Habla de lo que debe ser, desde su óptica, la Capital de Tamaulipas. Dice que es la segunda ciudad en el país con más carros por habitante. Con razón fuera del centro casi nunca se ve a nadie caminando.

El turno de Almaraz. Fiel a su estilo parece darle más importancia al fondo que a la forma. Se nota que le interesa más decir lo que dice, que como lo dice. Habla de que la antigua Villa de Santa María de Aguayo sigue siendo el cruce de los caminos que recorren Tamaulipas. Y el lugar por donde han de pasar quienes viaja desde el centro y sur del país hacia el golfo norte. Hace un reconocimiento a los migrantes, nacionales y extranjeros, que trajeron su espíritu emprendedor, su cultura, sus conocimientos y su vocación por hacer comunidad. En esa parte voltea hacia donde están sentados los empresarios. Argumenta, como lo dirá todo el día, que la mejor manera de festejar es laborando. Dice que un juego pirotécnico dura muy poco en el aire, y el trabajo perdura.

Termina diciendo que hay que refundar Victoria, pero no firmando un acta, como el Conde de Sierra Gorda en su tiempo, sino comprometiéndose, todos, a terminar con la violencia y la inseguridad. Regresando el orden y la tranquilidad.

Para retomar fuerzas (quedan por delante ocho visitas a distintos puntos de la Ciudad) hay un desayuno campechano en el “Café Cantón”, a donde caminando llegan los nuevos responsables del Ayuntamiento, con buen ánimo y mejor apetito.

 

LAS HERIDAS EN EL PAVIMENTO

Después de las machacas, chilaquiles, conchas y cafés, en apretujada convivencia que lamentablemente dejó sin mesa a algunos clientes frecuentes, que a pie firme esperaron lo suyo, el grupo de munícipes inicia la segunda etapa matinal, en el cruce del 17 y Matamoros, afuera de la Secretaría de Salud, en un mega bache, al cual dice el Alcalde que ya le han festejado varios cumpleaños.

Bien trabajada la hendidura, con lo que le llaman caja (que es donde se rellena con asfalto caliente) aquí se muestra y se informa de un programa de conservación de pavimentos, bacheo, que a través de un programa de sectorización de la Ciudad, que diseñó el Director de Obras Públicas, permitirá ir disminuyendo notoriamente esta plaga que el descuido, el tiempo y las lluvias han convertido en un factor de coraje de los victorenses hacia sus autoridades.

Aquí se muestran las habilidades albañileriles de funcionarios e integrantes del Ayuntamiento, que empiezan a tirarse al ruedo, cargando la carretilla, o moviendo el rastrillo para emparejar el asfalto. Se está terminando de romper el hielo.

En la colonia Las Flores, en la calle Laurel, mientras se supervisa la reparación del pavimento, justo al lado de una unidad habitacional, una vecina contesta a bote pronto una pregunta del Alcalde. “Sí”, le dice, “ya está pasando el camión de la basura desde hace dos días…..de seguro porque iba a venir usted”.

Almaraz “aguanta vara”, sonríe ante la puya, y comenta más ampliamente que es lo que pretende hacer con los servicios. Les dice a las y los presentes, son mayoría los primeros, que ahora ellos serán, si quieren ayudar, supervisores de la recolección de basura, del bacheo, de la limpieza de espacios públicos, y de la iluminación. Saluda con familiaridad a unos amigos del sector, a quienes se ve que conoce muy bien. “¿Por qué no trajeron sabalitos?”, les dice.

 

LA MAINERO, EN EL CORAZÓN

Cerca de las 12:00 del mediodía ya está el convoy en La Mainero. La Patcher, que es el camión máquina que prepara el asfalto, genera un calor que nos hace recordar la canícula.

Se nota a leguas el afecto que le tiene el flamante Alcalde a esta colonia y su gente. Sin más ni más detiene su andar en la boca calle de Leandro Valle y Pedro Hinojosa. Y abre los brazos como para convocar y como para advertir en la importancia de lo que dice: la gente está cansada de eventos que cuestan mucho dinero y que no dejan nada. Cuestan mucho la malla sombra, el micrófono, el templete, el maestro de ceremonias, las sillas; cuesta mucho la fiesta cuando lo que urge es atender y resolver los problemas. El sol aprieta. Una señora mayor, cabellera totalmente blanca, dice: “Gracias a Dios que se atravesó una nube, ya no aguantaba más”. Una pálida sombra permite a unas 60 personas permanecer en semicírculo en torno a quien les habla y les presenta en grupo a regidores, síndicos y funcionarios.

Los asistentes hablan sin que se les tenga que dar la palabra. Es un diálogo. Platican de sus necesidades, de que faltan lámparas, de que lo que el Municipio tapa la Comapa lo destapa. Y entonces el Alcalde le pide que pase al pizarrón al nuevo Gerente del organismo. El funcionario atiende, escucha, aguanta. Le están enseñando unos recibos.

Sin dejar de sonreír (sonrío hasta cuando estoy nervioso, diría más tarde en otro lado) Almaraz repasa su compromiso de que en muy poco tiempo se pueda definir una estrategia integral para la modernización de los servicios públicos, con el apoyo del Cabildo.

Cuando termina su intervención, ratificando su compromiso a permanecer cercano y accesible, luego de que se ha continuado con la tónica de que los integrantes del cuerpo edilicio vacíen asfalto de una carretilla, el Alcalde concluye de una manera que no se volverá a repetir. Arquea los brazos al lado de su cabeza, con los puños cerrados, y grita: ¡Viva La Mainero!

El termómetro sobrepasa los 35 grados cuando frente a la ferretería de los hermanos Coronado, en otra escala del bacheo, la comitiva se encuentra con un grupo de vecinos del sector en torno a un bache de grandes dimensiones, en el cruce 16 de Septiembre y Carlos Adrián Avilés.

Ahí las madres de familia de la Primaria González Bocanegra aprovechan el viaje y pasan del tema de los servicios a lo particular, de la escuela de sus hijos. Dicen que está muy fregada. Le falta de todo. Reacciona la sensibilidad de un regidor. El de barbita, que compromete la donación de la pintura para hermosear la escuela. Las señoras y maestras están felices. Qué bueno que venimos. Recorren el camellón y un terreno aledaño. Ya sabrán, sucios y enyerbados.

Ya casi son las dos de la tarde. Afuera de la Kemet, en el cruce de Las Torres y Las Américas. También el sol perdona por una nube providencial. Almaraz habla de las cuatro prioridades inmediatas de su administración en materia de servicios; recolección de basura; bacheo, iluminación, y espacios públicos.

La gente, también unas 60, o un poco más, escuchan con atención. El Alcalde en su exposición rápida y fluida les propone un nuevo acuerdo, entre Municipio y vecinos. Les dice que deben ser supervisores de los servicios. Anuncia que pronto presentará un programa donde los niños de las escuelas serán supervisores de ciertas acciones de su administración.

La mañana ha sido intensa. Los regidores y síndicos han visto en vivo, han percibido que el humor social no es de lo más favorable, como en repetidas ocasiones lo ha mencionado Oscar Almaraz. La ciudadanía es cada vez más crítica y demandante.

 

LOS ESPACIOS PÚBLICOS, LOS LUGARES DE TODOS

Apenas pasadas las cuatro y media de la tarde, ya comidos, cada quién donde quiso, algunos recién bañados, y con outfit diferente al de la mañana, de regreso a la actividad, el recorrido se enfoca en la recuperación de espacios públicos, que en buena parte son la Ciudad de todos. Las áreas comunes donde conviven a diario miles de victorenses que practicando cualquier actividad recreativa desean con sus vecinos construir comunidad. Reconocerse, vincularse, acercarse. Integrarse.

El panorama es de abandono crítico. Pero se empieza a manifestar un interés especial por dignificar estos lugares donde lo que debe verse y escucharse es la gritería y el bullicio de niños y jóvenes. La camaradería de adultos, y el respeto a los mayores.

Los vecinos hablan claro en la calle 12 de Octubre, por el rumbo de Soriana Libertad, al igual que en el evento inmediato interior (el de las cuatro y media). Desde las molestias por los perros bravos, hasta el enojo por los que tiran basura, los que toman la cancha de futbol para que pasten sus caballos. O la carencia de alumbrado público.

Pero hay una reacción inmediata a la propuesta del Alcalde. Los vecinos se comprometen a cuidar los juegos, las bancas y los equipos que se acaban de instalar. Le abren la puerta a la posibilidad de una nueva relación con la autoridad. Platican con plena apertura, sin dejar de cuestionar. Siempre con una actitud a la defensiva porque muchas veces les han incumplido. De entrada dijeron que el camión de la basura nunca pasaba… hasta hace tres días que ya no falla. Sonrisas. Y risas.

El Alcalde les propone que ellos detecten todas las luminarias que faltan, y que el lunes por la noche, él regresará para hacer un recorrido y empezarán a reponerlas. Aceptan gustosos. Motivados. Otro ánimo.

Contrarreloj, porque el Presidente Municipal tiene que salir a la Ciudad de México, a realizar gestiones de recursos, se realiza la visita al Cedif Dos. Lo recibe su esposa en la puerta. Emotiva bienvenida con un grupo infantil de música y coros que conmueve con su letra y sentimiento.

Ya no habrá tiempo para el recorrido. Marido y mujer se despiden. Ella lo bendice apresuradamente. El público no inhibe la muestra de amor. Se va el avión, hay que apurarse.

José de Escandón fundó nuestra ciudad hace 266 años. Hoy, con una actitud que parte de su propia personalidad, de su propio entender del ejercicio gubernamental; de la mano de su Cabildo, y con el apoyo comprometido de su gente, tratando de cerrar una difícil y dolorosa etapa, para abrir otra promisoria y optimista, Oscar Almaraz se esfuerza, en tratar de concretar el sueño de poder refundar, nuestra muy querida Victoria.

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