noviembre 17, 2024
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octubre 14, 2016 | 115 vistas

VATICANO, octubre 13 (Notimex)

Con uno de sus miembros como líder máximo de la Iglesia católica por primera vez en la historia, la Compañía de Jesús se alista a elegir un nuevo superior general que, según la tradición, es conocido como “Papa negro” por su gran poder.

Este viernes 14 de octubre los 212 delegados que participan en la Congregación General, la máxima instancia de Gobierno de la orden, procederán a votar para elegir al sucesor de Adolfo Nicolás Pachón, el dimisionario “Prepósito general”, nombre técnico del superior.

Ellos se encuentran recluidos desde el pasado domingo dos de octubre en su sede central, ubicada a apenas 50 metros de la Plaza de San Pedro.

Luego de cuatro días de “murmuraciones”, diálogos personales de uno en uno entre los delegados y con una prohibición explícita a hacer campaña alguna, los delegados comenzarán a votar en la sala del pleno tras escuchar la reflexión del sacerdote Lisbert D’Souza.

Una vez elegido el nuevo Prepósito y cumplidos los saludos de rigor, el primero en enterarse del nombre del elegido será el Papa Francisco, a quien lo contactarán vía telefónica.

Se trata de una situación sin precedentes, ya que los jesuitas nacieron como una congregación religiosa al servicio del obispo de Roma y sus férreos mecanismos internos se oponen a cualquier aspiración de poder.

Por eso no es tan común que existan obispos, arzobispos y cardenales jesuitas, aunque sí existen y han existido, como el propio Bergoglio que llegó al papado.

Sobre el perfil del nuevo prepósito Orlando Torres, rector de la Casa del Jesús en Roma, trazó algunas características necesarias como la “prudencia” y el “buen estado de salud” para visitar las comunidades de la Compañía alrededor del mundo.

“Como la Compañía está creciendo en Asia y África, para poder gobernarla se requiere un conocimiento de las diversas culturas porque se trata de un cuerpo internacional”, explicó en entrevista.

“Es un desafío, es una gran riqueza, el poder ver la diferencia cultural no como un obstáculo sino como una oportunidad para abrir nuestra mente a una realidad amplia como la del mundo donde la Compañía vive y hace su trabajo”, agregó.

Recordó que ya san Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas hace casi cinco siglos, escribió que el prepósito debía ser un hombre capaz de dialogar con todo tipo de personas, especialmente aquellos que no piensen como él.

“Ese es un gran desafío, requiere una gran apertura de mente y capacidad de escucha”, sostuvo.

Precisó que las prioridades de los jesuitas están en la ayuda a los refugiados y migrantes, el llevar un mensaje de reconciliación ante los diversos conflictos bélicos y en la renovación de su trabajo mediante un lenguaje significativo para la gente en la actualidad.

Reconoció que la Iglesia en ocasiones usa un lenguaje que “nadie entiende” y la gente replica “¿eso qué quiere decir?”. En cambio, destacó, el éxito del Papa es el uso que tiene de un lenguaje sencillo, capaz de iluminar los problemas de las personas comunes.

Además, Torres aceptó que es importante el influjo de Francisco en la Compañía, porque él “nos conoce desde adentro” y su palabra tiene un peso.

Otra de las preocupaciones importantes de los jesuitas es un significativo decrecimiento de vocaciones religiosas, que según el padre Orlando se debe –entre otras cosas- a un problema demográfico, con una baja considerable de niños y jóvenes en Europa y Norteamérica.

A esta sumó el problema de una “secularización muy extendida” y una pérdida de capacidad de transmitir a todos el mensaje cristiano.

Reveló que en Asia y África se encuentra el 79 por ciento de los jesuitas en formación, es decir en el “sur global”, mientras sólo el 21 por ciento se encuentra en los países del norte.

Esto –abundó- tiene consecuencias ineludibles para la congregación porque hasta ahora los compromisos internacionales de ella han recaído en europeos y norteamericanos, pero pronto sacerdotes de esas otras regiones deberán hacerse cargo de puestos de responsabilidad.

“Todavía la mayor cantidad de jesuitas está en Europa y segundo viene la India, pero los europeos son muy ancianos y pocos son jóvenes, en las otras regiones hay muchos jóvenes. Eso nos presenta un desafío muy grande a la hora de responder a los compromisos de la Compañía”, estableció.

“El jesuita hoy es un hombre que se reconoce pecador pero llamado a ser compañero de Jesús como san Ignacio, meterse en la lucha crucial de nuestro tiempo que es el servicio de la fe y la promoción de la justicia, eso nos define a nosotros”, consideró.

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