PARÍS, Francia, octubre 19 (AP)
Normalmente un hombre cauto, que busca el consenso, los francos comentarios del presidente Francois Hollande en un nuevo libro están causando tremendo revuelo en Francia.
“Un presidente no debería decir eso…”, libro, escrito por dos periodistas que tuvieron acceso inigualado a Hollande, saca a la luz detalles íntimos de su presidencia y su pensamiento sobre el velo islámico, Barack Obama y su vida privada.
La publicación del libro en estos momentos no es casualidad: Hollande sopesa si postularse a la reelección dentro de seis meses a pesar de que es el Presidente más impopular que ha tenido Francia en la era moderna.
En los últimos meses han salido a la venta al menos ocho libros sobre el Presidente. La mayoría de ellos lo hacen quedar mal, dando detalles de sus metidas de pata, sus improvisaciones y sus cambios de política, además de confidencias sobre sus sentimientos al tomar decisiones importantes para el futuro del país.
Hollande acostumbra a responder a preguntas de los periodistas a través de mensajes de texto –no cambió su número de teléfono al llegar a la presidencia– y a menudo habla con ellos informalmente durante los actos en que participa, corriendo el riesgo de interferir con su propio servicio de comunicaciones.
Pero “Un presidente no debería decir eso…” es de lejos el libro sobre Hollande más polémico publicado hasta ahora. Sus autores, los periodistas de Le Monde Gerard Davet y Fabrice Lhomme, hicieron 61 entrevistas privadas con el mandatario desde que inició su mandato en el 2012 y transcriben conversaciones espontáneas y muy francas.
Según el libro, Hollande les reveló información secreta, afirmando incluso que autorizó “al menos cuatro” operaciones militares para matar a personas que se creía habían tomado rehenes o perjudicado los intereses de Francia. No aclaró cuándo ni dónde fueron esas operaciones.
Hollande criticó asimismo a sus rivales políticos y a otros gobernantes, entre ellos el estadounidense, Obama. En una entrevista realizada en el 2015 dijo que se sintió abandonado por su tradicional aliado en agosto del 2013, cuando Obama le informó a último momento que no apoyaría una intervención militar inmediata en Siria en respuesta al presunto uso de armas químicas por parte del gobierno de Bashar Assad.
“No sé lo que hubiera pasado si llevábamos a cabo esos ataques. Lo que sí puedo decir es que no los lanzamos y que ahí tenemos a Daesh”, señaló Hollande, usando el término árabe para aludir a la organización Estado Islámico. Hollande dijo que los ataques probablemente hubieran debilitado al EI. Desde el 2013, extremistas vinculados con EI han lanzado numerosos ataques contra Francia, con consecuencias fatales.
Sus comentarios sobre el Islam y la inmigración tienden a contradecir las expectativas del electorado socialista y son los que motivaron más controversias.
En julio del 2014, seis meses antes de que extremistas islámicos atacasen el periódico Charlie Hebdo y un supermercado kosher, Hollande dijo que “hay un problema con el Islam”, según el libro. “No es el Islam en sí mismo el que representa un problema en el sentido de que es una religión peligrosa, sino el que quiera afianzarse como una religión adentro de la República Francesa”.
“Considero que está llegando demasiada gente, inmigrantes que no deberían estar aquí”, expresó. “Les enseñamos a hablar francés y después viene otra camada y tenemos que empezar de nuevo. No para nunca. Pero en algún momento tiene que acabar eso”.