diciembre 14, 2024
Publicidad
octubre 24, 2016 | 106 vistas

NUEVA YORK, EU., octubre 23 (Notimex)

El comportamiento y declaraciones sobre las mujeres del candidato presidencial republicano Donald Trump han impulsado, además de un nutrido bloque de votantes femeninas a favor de la demócrata Hillary Clinton, una amplia discusión sobre sexismo y misoginia en el país.

Como nunca antes en la historia de Estados Unidos, Trump pudo unificar a las mujeres en torno a un candidato presidencial, en este caso Hillary Clinton, algo que la ex secretaria de Estado no logró por sí sola cuando compitió en 2008 por la nominación demócrata frente a Barack Obama.

Las mujeres ahora apoyan a Clinton a un nivel inédito. Su respaldo supera los 20 puntos de ventaja en algunos sondeos, además de que incluso aventaja a Trump por un punto porcentual entre votantes blancas, según el más reciente sondeo de la agencia de información financiera Bloomberg.

El punto de inflexión fueron los comentarios difundidos a principios de este mes, en que Trump describía su comportamiento con las mujeres que le parecen atractivas, lo que incluía besarlas y tocarles los genitales sin su consentimiento.

La reacción ante estas declaraciones, que la campaña de Trump ha tratado de definir solamente como “conversación de vestidores” y no como la descripción de un ataque sexual de naturaleza criminal, fortaleció el apoyo de las mujeres a Clinton.

Un sinnúmero de legisladoras republicanas y de líderes identificadas con la derecha religiosa de Estados Unidos, han expresado su rechazo a los comentarios y, muchas de ellas, han incluso anunciado su respaldo a Clinton como candidata.

El cambio es significativo porque revela que para numerosas mujeres conservadoras es más importante unirse contra un comportamiento misógino que en torno a creencias religiosas basadas en el rechazo al aborto.

En un texto reciente de la revista Foreign Policy, Christina Asquith y Valerie Hudson indicaron que “la misoginia, por primera vez en la historia política de Estados Unidos, se ha convertido entre mujeres estadounidenses de todas las tendencias en un factor decisivo y que descalifica para la presidencia”.

El efecto de Trump en el electorado femenino en Estados Unidos no se limita sólo a unificar el voto en su contra, sino que ha generado una discusión sobre las prerrogativas de la que han gozado los hombres sobre las mujeres en la arena pública.

Comentarios