Los investigadores encontraron que es posible tener un anticonceptivo hormonal para los hombres, pero aún trabajan para perfeccionar la combinación de hormonas para reducir el riesgo de efectos secundarios, como la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Mientras las mujeres pueden elegir entre una serie de métodos para el control de la natalidad, los hombres tienen pocas opciones para manipular su propia fertilidad, de hecho sólo tienen disponibles el condón, la vasectomía y la interrupción del coito.
De ahí surgió la necesidad de buscar mayores alternativas para ellos, así que un grupo de investigadores dirigidos por el doctor Mario Reyes Festin, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), volteó la mirada hacia las hormonas.
La nueva investigación, publicada en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, confirmó la eficacia del anticonceptivo hormonal para que los hombres reduzcan el riesgo de embarazos no planificados”, sostiene Reyes Festin.
Los científicos llevaron a cabo un estudio prospectivo para probar la seguridad y eficacia de anticonceptivos inyectables en 320 hombres sanos, con edades de 18 a 45 años de edad.
Los participantes, que llevaban por lo menos un año de relaciones monógamas con mujeres de entre 18 y 38 años de edad, se sometieron a pruebas para asegurar que tenían un recuento de esperma normal al inicio del estudio.
Recibieron inyecciones de 200 miligramos de un progestágeno llamado enantato de noretisterona de acción prolongada y mil miligramos de un andrógeno de acción prolongada llamado undecanoato de testosterona por hasta 26 semanas para suprimir el esperma.
Los voluntarios recibieron dos inyecciones cada ocho semanas del compuesto hormonal y presentaron muestras de semen primero a los dos meses y luego al tercero, en la fase de supresión; posteriormente cada dos semanas hasta cumplir con los criterios de la siguiente fase.
Durante este tiempo, las parejas fueron instruidos a utilizar otros métodos anticonceptivos no hormonales.
Una vez que el recuento de espermatozoides de cada participante se redujo a menos de 1 millón/ml en dos ensayos consecutivos, se le pidió a la pareja depender sólo de las inyecciones de control para verificar la eficacia del método.
En este periodo, los hombres continuaron recibiendo las inyecciones cada ocho semanas durante un máximo de 56, y proporcionaron muestras de semen cada dos meses para corroborar que sus recuentos de esperma se mantuvieran bajos.
Cuando los participantes dejaron de recibir las inyecciones fueron sometidos nuevamente a análisis para constatar la rapidez con que recuperaban la producción de espermatozoides.
Los resultados mostraron que las hormonas fueron eficaces en la reducción de la cantidad de espermatozoides a 1 millón/ml o menos dentro de las primeras 24 semanas en 274 de los participantes.
Los investigadores concluyeron que el método anticonceptivo fue eficaz en casi el 96 por ciento de los voluntarios, ya que sólo se produjeron cuatro embarazos entre los participantes durante la fase de eficacia del estudio.
Sin embargo, advirtieron que se registraron efectos adversos como depresión o trastornos del estado de ánimo, dolor muscular, aumento de la libido y acné, eventos por los que 20 hombres abandonaron el estudio.
“Se necesita más investigación para avanzar en este concepto hasta el punto de que los hombres lo puedan utilizar de forma amplia como método anticonceptivo”, afirma Reyes Festin.