Rogelio Rodríguez Mendoza.-
A tres años de su aparición en Tamaulipas, el “pulgón amarillo” es una plaga que dejó de ser intimidante para los agricultores, porque se diseñó un mecanismo de control que bien aplicado evita que el insecto genere daños al sorgo, afirmó Ricardo Sepúlveda Cantú.
El Presidente del Comité Estatal de Salud Vegetal explicó que incluso los productores han incluido el combate al “pulgón amarillo” como parte de sus costos de producción.
“El agricultor se prepara desde la proyección de sus siembras, contemplando el costo que le implicará aplicar los químicos necesarios contra la plaga. De esa manera, el ‘pulgón amarillo’ ya forma parte de los costos de producción”, detalló.
El hecho es así, dijo, porque la plaga llegó para quedarse.
Admitió que hace tres años, cuando el insecto fue detectado en Tamaulipas, hubo gran preocupación porque se temió un desastre en las siembras de sorgo, que es el principal cultivo de la entidad.
Sin embargo, explicó, al poco tiempo se identificaron controles químicos y biológicos que permitieron someter la plaga.
“Sí ha habido una baja de rendimiento por la presencia de la plaga, pero ha sido mínimo y solamente en aquellos casos donde el productor no atiende las recomendaciones de control. El agricultor sabe que si se ajusta al paquete tecnológico los riesgos de daños son inexistentes”, indicó.
Paralelamente a ello, en coordinación con la Sagarpa, se han tenido que endurecer diversas disposiciones normativas que anteriormente no se cumplían con puntualidad.
Por ejemplo, hay una exigencia enérgica para que al final de cada trilla se limpien debidamente las parcelas y no se construyan socas, porque eso propicia la reproducción del pulgón.
“Afortunadamente la mayoría de los agricultores ha entendido la importancia de cumplir con estas disposiciones. Ellos saben que se trata algo en su propio beneficio”, señaló.