MIAMI, E. U., octubre 30 (AP)
La renovada controversia sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton ha dejado nuevamente bajo la lupa al entorno que rodea a la ex primera dama: un grupo de asesores y confidentes que a veces le han causado problemas.
Y definitivamente para la candidata presidencial demócrata, ahora le están causando bastantes problemas. A poco más de una semana de la elección, su campaña se ha visto sacudida por la polémica provocada por los mensajes con connotaciones sexuales del distanciado esposo de su asistente más cercana.
Es una coincidencia casi increíble: una mezcla de noticia típica de los diarios sensacionalistas, con una campaña electoral que ha superado los tintes de cualquier noticia amarillista.
Pero para aquellos que han estado conscientes de la compañía que rodea a los Clinton, fue un recordatorio de las desventajas de la lealtad de Bill y Hillary Clinton, así como su renuencia a distanciarse de personajes controversiales.
La campaña de Clinton declaró el sábado que respaldan completamente a Huma Abedin, la veterana asistente de Hillary Clinton cuyos emails aparecieron en una de las computadoras incautadas por las autoridades que investigan el contacto de su esposo, Anthony Weiner, con una menor de edad. Fue la decisión del FBI de revisar los nuevos correos electrónicos, como parte de su investigación al servidor privado de Clinton, lo que revivió las controversias al respecto.
“Desde luego que la apoyamos”, dijo el jefe de campaña de Clinton, John Podesta a la prensa, al indicar que Abedin “Ha cumplido y cooperado con la investigación de manera total y voluntaria”.
Abedin es la miembro más reconocida del círculo leal a Clinton. Elegante y distinguida, se ha destacado como figura reconocible entre los seguidores de Clinton.
El candidato republicano, Donald Trump fue tal vez el primero en expresar su preocupación de que el matrimonio de Abedin podría ser un problema para Clinton, al tuitear hace más de un año que Weiner era “un gran riesgo de seguridad como recolector de información”.
Abedin se mantuvo siempre al lado de Clinton en el Departamento de Estado como su principal asistente. El equipo de Clinton defendió su inusual acuerdo de trabajo en su momento, en el que el salario de Abedin era cubierto por la Fundación Clinton, un despacho de consultores de nombre Teneo y el Departamento de Estado, todos al mismo tiempo.