CIUDAD DE MÉXICO, octubre 31 (Agencias)
Adele engalana la portada de la revista Vanity Fair, con la que habló de la maternidad, su batalla con la depresión postparto y su lucha para dejar de beber.
Luego de que la periodista Lisa Robinson aplaudiera su valor al decidir ser madre en medio de una exitosa carrera, Adele consideró: “De hecho, pienso que lo más valiente es no tener hijos. Todos mis amigos y yo sentimos presión para tenerlos, porque eso es lo que los adultos hacen”.
“Amo a mi hijo más que a nada, pero a diario, si tengo uno o dos minutos, me gustaría poder hacer lo que sea que quisiera, cuando quisiera. Así me siento cada día”, agregó, además de precisar que por ahora no desea más hijos.
Adele dio a luz a su primogénito Angelo, el 19 de octubre 2012 con Simon Konecki, un empresario británico, quien ya tiene otra hija con su anterior pareja, por lo que el pequeño Angelo tiene ya una hermanita. “Esa es mi tarjeta gratuita para salir de la cárcel”, bromeó Adele.
La cantante aseguró que tuvo “depresión postparto después de dar a luz a mi hijo y eso me daba miedo”. Sin embargo, cuestionada sobre si tomó antidpepresivos, ella respondió: “No, no, no, no. Pero además no hablé con nadie al respecto”.
“Yo estaba muy reacia… mi novio me decía que debería hablar con otras mujeres que se embarazaron, y yo decía: ‘Carajo, no voy a andar por ahí con un jodido montón de madres’. Y entonces, sin darme cuenta, ya andaba alrededor de otras mujeres embarazadas y con hijos, porque me encontré con que eran un poco más pacientes”, agregó.
“Me sentía muy inadecuada, sentía que había tomado la peor decisión de mi vida”, agrega la cantante, quien aclaró que su bebé es lo más importante en su vida.
Además, Adele confesó que se deprime con facilidad.
“Puedo caer dentro y fuera (de la depresión) con bastante facilidad. Todo empezó cuando mi abuelo murió, yo tenía como unos diez años y a pesar de que nunca he tenido pensamientos suicidas, he estado en terapia varias veces”, admite la intérprete de Hello, quien es la portada de la revista en su edición de diciembre.
La intérprete dijo que tras el nacimiento de su hijo y la cirugía a la que se sometió en las cuerdas vocales, decidió beber menos y dejar de fumar. “Tener una resaca con un niño es una tortura”, broméo.
Sobre si ha ingerido drogas, la británica dijo: “Me da mucho miedo para alguna vez tomar drogas. Solía gustarme estar ebria, pero a medida que me volví más famosa, despertaba a la mañana siguiente y pensaba: ‘¿Qué carajo dije y a quién carajos se lo dije?’ Nunca tuve blackouts, pero cuando bebes y vas a una fiesta, le hablas a cualquiera”.
“Puedo ver desde una perspectiva alejada que nunca escribiré canciones tan buenas como cuando tenía 21, pero no soy tan indulgente como cuando tenía esa edad, y no tengo tiempo para caerme como lo hice entonces. Yo estaba completamente fuera de mí cuando escribí ese álbum, y una lengua borracha es una lengua honesta.
“Podía beber dos botellas de vino y fumar. Luego escribía las letras tristes y a la mañana siguiente pensaba ‘Carajo, es una buena letra’. Luego encontraba la melodía. Pero desde que tuve a mi bebé, no soy tan despreocupada como solía serlo. Ahora me asustan muchas cosas porque no quiero morir; quiero estar cerca para mi hijo. Soy muy cautelosa en cosas en las que no lo era antes”, contó la cantante.
“Además, no salgo tanto como solía hacerlo. Voy a cenas muy civilizadas, y voy a trabajar cuando tengo que hacerlo, pero hay que arrastrarme literalmente hacia una jodida alfombra roja”.
En cuanto al padre de su hijo y actual pareja, Simon Konecki; expresa que tienen una buena. “Él no se siente amenazado por ninguna de las facetas que pueda estar atravesando en mi vida, y eso es genial”, añade.
Adele concluye una gira de casi un año por Europa y Norteamérica el 21 de noviembre. En México se presentará los días 14 y 15 de noviembre en el Palacio de los Deportes.