diciembre 11, 2024
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Calaveritas de azúcar, una dulce tradición que traspasa fronteras

noviembre 1, 2016 | 242 vistas

México, 1 Nov (Notimex).- Alegría y calor familiar se sienten en la casa de Patricia Pastor, lugar donde ella y sus colaboradores trabajan para seguir llevando el dulce sabor mexicano de las calaveritas de azúcar a los connacionales en el extranjero y a distintos puntos del país.

Desde hace más de 15 años, Paty, como todos la conocen, transformó su hogar en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México, en un taller, y ahí prepara este tradicional producto que llega a los mexicanos que viven, principalmente, en Estados Unidos.

La calaveritas que aquí se elaboran viajan a las ciudades de Houston, Los Ángeles, Nueva York, entre otras, aunque por la popularidad del negocio también turistas de distintos países acuden a su domicilio para probar y llevar a sus lugares de origen este delicioso dulce.

“Porque en todo el mundo hay gente mexicana y sus hijos que nacen en otros lugares no saben de aquí y entonces al llevar esto para allá, lo conocen”, señaló en entrevista con Notimex.

Esta mujer emprendedora de 52 años de edad considera que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo un poco de esta tradición, sin embargo, con el trabajo que ellos realizan se puede mantener, “porque hay mucha gente que no conoce de esto y se lo está llevando”.

El oficio lo heredó de la familia de su esposo y actualmente la microempresa brinda empleo a cerca de 20 personas, principalmente familiares y vecinos, en un horario que les permite a las mujeres, por ejemplo, realizar labores del hogar, llevar a su hijos a la escuela y darse un tiempo para ellas.

Entre el fresco aroma de la flor de cempasúchil, la luz de la vela que ilumina el camino de fieles difuntos y deliciosos olores de la cocina mexicana, las calaveritas de azúcar no pueden faltar en la ofrenda del Día de Muertos, por la importancia histórica que tienen.

De acuerdo con la Secretaría de Cultura federal, en la época prehispánica se consideraba a la muerte como el fin de un ciclo de la vida, y era común conservar cráneos como trofeos y mostrarlos en rituales para simbolizar la conclusión de ese periodo.

Cuando los españoles llegaron a México prohibieron muchos ritos que iban en contra de la religión católica, pero ante la resistencia de los pueblos indígenas, algunos no se erradicaron y se dio una mezcla de culturas.

Las calaveritas son producto de esa mezcla, los españoles fueron quienes trajeron la técnica del alfeñique, una especie de caramelo o confitura con base de azúcar de caña, que se utilizó para dar forma a un cráneo como el que los antepasados exhibían después de sacrificar a una persona.

Para ofrecer este producto ancestral, en este negocio capitalino que recibe el nombre de “Calaveras Paty”, los preparativos inician a partir del mes de mayo y las primeras entregas a Estados Unidos ocurren dos meses después.

En el taller, donde se puede sentir la buena vibra, cada persona labora de acuerdo a sus capacidades: unos colocan el azúcar en moldes, otros ponen ojos y los demás decoran, lo importante es que todos estén satisfechos con su trabajo.

Una de las dos hijas de la propietaria, junto con un sobrino, le dan el toque único al negocio, ya que diseñan modelos exclusivos para empresas o instituciones.

Así, han grabado sobre los cráneos figuras de La Catrina, Frida Kahlo, y personajes emblemáticos de películas, logotipos y cualquier otra figura, que por rara que sea, el cliente ha solicitado para colocar en ofrendas monumentales.

Al año, esta microempresa produce más de 200 mil calaveras de distintos tamaños, de las cuales más 10 mil son exportadas a otros países, mientras que el resto es distribuido principalmente en los estados de Querétaro, Puebla, Guadalajara, México y en la capital.

Para Patricia Pastor es importante que sus descendientes continúen con esta tradición heredada por su esposo: “yo tengo dos hijas que me ayudan mucho, quizá no tanto como a mi me gustaría, pero sí lo hacen y saben de qué se trata”, expresa.

 

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