diciembre 11, 2024
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noviembre 3, 2016 | 241 vistas

Alejandro Echartea.-

El siete de noviembre de 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) declaró a la celebración del Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, debido a que esta es “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país”.

El Día de Muertos mexicano se celebra el dos de noviembre, es una fiesta de orígenes mesoamericanos y proviene de las festividades para conmemorar a los difuntos de culturas como la mexica, maya, purépecha y totonaca; originalmente se celebraba durante el mes de agosto (el noveno mes del año para el calendario solar mexica), pero con la llegada de los conquistadores españoles tal festividad se corrió para los días uno y dos de noviembre coincidiendo con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos.

La celebración de esta fecha varía según la región del país, conmemorándose con altares de muertos en el centro y sur del país, mientras que para el norte son más comunes las visitas a los panteones para arreglar las tumbas y convivir con los difuntos recordando sus momentos juntos.

Este año, en nuestra Ciudad la celebración se adelantó desde el pasado sábado 29 de octubre, ya que en los días siguientes (domingo y lunes) acudieron alrededor de 15 mil visitantes a los panteones municipales del Cero Morelos y de la Cruz en la colonia Azteca.

Para este miércoles dos de noviembre se esperaba una visita aproximada de cinco mil visitantes; asimismo, el Panteón de la Libertad recibiría una visita de varios cientos de personas, por lo que la suma total de asistentes a esta celebración pudiera ser superior a las 20 mil personas.

No obstante que con la llegada de la modernidad y costumbres extranjeras, como el Halloween, se tiene la percepción de que tradiciones mexicanas como el Día de Muertos está en peligro de desaparecer, los asistentes a los panteones municipales este miércoles consideraron que esta es una celebración que ha logrado sobrevivir a lo largo de los años y que las próximas generaciones habrán de continuar.

“Venimos cada que se puede, pero obvio, esta es una fecha especial para recordar a los difuntos”, indicó la señora Karen Estrada; “venimos también en los aniversarios, cuando ellos cumplirían años, pero hoy es tradicional venir a dejarles sus flores”.

La entrevistada dijo tener varios difuntos en el panteón del Cero Morelos; “ahorita venimos temprano, pero casi la mayoría del tiempo venimos en las tardes, ahorita cambiaron el horario, de hecho hay más gente en la tarde casi en la noche, me imagino que por el calor”.

Recalcó que cada año se ha visto una asistencia copiosa los días uno y dos del mes de noviembre; “no creo que se haya perdido la tradición, esta fecha es de sentimientos encontrados porque uno los recuerda siempre, pero en estas fechas a mí la verdad sí me da tristeza, y a la vez feliz porque al fin y al cabo son recuerdos que quedan”.

 

‘ES UNA TRADICIÓN MUY BONITA’

Por su parte, el señor Juan Manuel González Peña y su señora madre, doña Ma. Cristina Peña, aseguraron que para ellos es costumbre visitar la tumba de sus difuntos al menos una vez al mes; “la gente viene todos los días de muerto, pero debería de ser una vez al mes, mínimo porque se descuidan mucho”.

“Mucha gente venimos al año cada día dos de noviembre y por eso los panteones están así (abandonados), pero esta es una tradición muy bonita, muy mexicana por cierto”, agregó González Peña.

El señor Juan Manuel consideró que este año observaba menos asistencia que en años anteriores, sin embargo indicó que esto pudiera haberse dado porque mucha gente aprovechó el puente de fin de semana para visitar a sus difuntos y arreglar sus tumbas.

“Muchos estamos acostumbrados porque no se perdió esa tradición, yo por ejemplo que vivo en Monterrey vengo tres o cuatro veces al año y cada vez que vengo, (visito) a la tumba de mi padre, ahí le doy una caricia y le pongo flores”.

Por su parte, el señor Juan José Guevara Hernández y su familia tenían la costumbre de visitar a sus difuntos cada año, sin embargo hace apenas unos meses enviudó, por lo que la visita de este año tiene una nota muy especial.

“Aquí están nuestros familiares, mis suegros, mi esposa, ella acaba de fallecer y con ella veníamos a ver a los suegros, mis papás están en otro panteón y aquí están mis suegros, entonces veníamos desde 30 años que fallecieron y mi esposa falleció ahora en mayo, está reciente y venimos a ver su tumba”.

Por otro lado don Juan José consideró que este año el panteón municipal se encuentra relativamente en buenas condiciones, sin embargo, indicó que mucha gente se molesta por encontrar sus tumbas llenas de basura o escombros; “pero en otros lados sí hay mucha limpieza, yo no me voy a quejar, pero en años anteriores sí había más hierba, escombros, y hoy encontramos limpio todo”.

La señora Felícitas Turrubiates Contreras visitó la tumba de su madre, quien tiene apenas tres años de haber fallecido y quien se encuentra sepultada en una tumba familiar, “aquí están mi papá, mi hermano, y mis abuelitos”.

“Ahorita está limpio porque anda limpiando la gente, pero la vez pasada estaba bien enmontado todo, esta es una tradición que debemos de conservar pero hay veces que no lo hacemos, porque hay veces que no se puede por la enfermedad”.

 

TRADICIÓN DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

El señor Fernando Zurita y su familia han logrado conservar la tradición del Día de Muertos desde pasadas generaciones, y que en palabras del jefe de familia esta es inculcada en las nuevas generaciones para preservarla; “es una tradición que hemos traído y es por lo cual nos encontramos en este lugar, recordando a nuestros antepasados, tenemos a nuestros abuelos, a nuestra madre, y yo he venido con mis hermanos los mayores, los que ya no pudieron venir ahora nos toca a nosotros”.

Don Fernando indicó que esta tradición significa el respeto a la memoria de nuestros difuntos, por lo que es que esta se debe de conservar; “nosotros en ocasiones venimos, no necesariamente en estas fechas, pero sí nos encontramos en ocasiones con una yerba, una maleza, muy cerrada, por lo cual tenemos que efectuar la limpieza nosotros, pero estamos viendo en estos días que está prácticamente limpio todo”.

“Se siente mal la gente cuando no viene”, mencionó por su parte la señora Rita Catalina Zúñiga Elizondo, quien cada año visita las tumbas de sus difuntos en esta fecha, pero quien también visita el panteón cada ocho días.

“La gente que viene cada fin de semana pues bueno, pero este día es especial porque es cuando bajan los muertitos y es una fiesta grande como quiera, con tristezas y todo”; doña Rita indicó que esta celebración significa muchos sentimientos encontrados.

“No sabes qué pase mañana, gracias a Dios que estamos ahorita aquí y gracias también a Él porque cuando nos vamos nos vamos con Él, ya sabemos que nuestra gente que se fue primero está en muy buenas manos y nos están cuidando, porque son nuestros ángeles ya”.

Fernanda González es una joven madre de familia quien aprendió esta tradición de parte de sus padres y que ahora transmite a su hija pequeña, “todos los años procuramos venir este día a visitar a mi papá”.

“A mí me gusta mucho esta tradición y trato de inculcarle a mi niña, tengo una niña chiquita y quiero inculcarle lo que es el Día de Muertos, enseñarle que es cuando vienen sus abuelitos, sus tíos, que desgraciadamente ya no están con nosotros y que es un día especial en el que ella puede sentir que están aquí otra vez con nosotros”.

Para Fernanda la fiesta del Día de Muertos es una fiesta llena de colores, música, sabores, vestidos y de gente, “son cosas que ella puede disfrutar y yo creo que se le puede enseñar muy fácil a los niños a que la disfruten”.

El señor José Ponciano Estrada Lara y su familia acuden al panteón del Cero Morelos cada semana a cuidar de las tumbas de sus seres queridos, sin embargo consideran que el Día de Muertos es una fecha en la que no se puede dejar de visitar a sus difuntos al panteón.

“Tenemos a varios parientes aquí en este panteón, están mis abuelos, mis papás, mis tatarabuelos, y familiares, tíos, primos”, este año la asistencia ha sido similar a la de años anteriores, esto a pesar de que la fecha cayó entre semana y a que mucha gente asistió a los cementerios durante el fin de semana.

La señora María de Jesús García y su hija Alejandra Herrera García son otra familia que visita a sus difuntos cada semana, por lo que visitar el panteón en Día de Muertos no es una novedad; “cuando está lloviendo no vengo o hace mucho frío pero venimos cada semana, cada domingo venimos a darnos una vueltecita”.

Su señor esposo falleció hace apenas dos años y desde entonces visitan su tumba con regularidad para que su tumba no se deteriore; “lo recordamos siempre, yo soy de la creencia de que mientras que estén en nuestros recuerdos ellos no se van, y por eso venimos siempre a estar con ellos, pero este día es especial, es la tradición”, apuntó Alejandra Herrera.

“Esta es una celebración muy bonita, celebrar el Día de Muertos es muy bonito, le rodea mucho misticismo, con mi suegra todavía el año pasado poníamos altar, su pan, su refresco, todo lo que le gustaba porque sabemos que ellos vienen”.

 

Y LA MÚSICA NO PUEDE FALTAR

Los Gavilanes son un dueto de música popular mexicana que en estas fechas visitan los panteones municipales, para ofrecer parte de su repertorio para llevarle hasta sus tumbas las canciones que escuchaban en vida.

“Nosotros nos dedicamos a cantar, es nuestro trabajo, no es fácil para nosotros en lo emocional porque hemos perdido a un ser querido, igual que toda la gente que viene a este panteón, pero es algo natural y tenemos que trabajar y cantarle a nuestros muertos”, indicó Aurelio Román Sánchez Vázquez.

Dentro de su repertorio las canciones más solicitadas son Puño de Tierra, Cruz de Madera, Dos Coronas a mi Madre, Veinte Mujeres, algunos corriditos como el Toro Semental y el Último Contrabando.

“Son melodías alusivas a esta fecha que es por lo general lo que más nos pide la gente para sus seres queridos”, agregó Genaro Gaznares Tolentino.

 

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