NACIONES UNIDAS, noviembre 4 (AP)
El Acuerdo de París para combatir el cambio climático se volvió el viernes parte del derecho internacional, un acuerdo histórico en la lucha contra el calentamiento global en medio de crecientes temores de que el mundo se está calentando incluso más rápido de lo esperado por los científicos.
Un total de 96 países, que representan algo más de dos tercios de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, se han unido formalmente hasta ahora al acuerdo, que busca limitar el calentamiento global a dos grados centígrados (3.6 grados Fahrenheit). Se espera que más países se sumen en las próximas semanas y meses.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró el hecho y conversó con grupos de la sociedad civil en la sede de la ONU en Nueva York para escuchar sus preocupaciones y visiones para el futuro.
“Este es un momento emotivo para mí, es un reconocimiento para todos ustedes, y es histórico para el mundo”, dijo Ban en su discurso.
Elogió a las organizaciones civiles que movilizaron a cientos de millones de personas para luchar contra el cambio climático, pero advirtió que el resultado sigue siendo incierto.
“Seguimos en una carrera contra el tiempo. Necesitamos una transición hacia un futuro con bajos niveles de emisiones y resistente al cambio climático”, añadió Ban.
Los científicos elogiaron la velocidad con la que entró en vigor el acuerdo, firmado por 192 partes en diciembre en París. Dijeron que demuestra un nuevo compromiso de la comunidad internacional para abordar el problema de la fusión de los casquetes polares, elevando el nivel del mar y convirtiendo en desiertos amplias franjas de tierra cultivable.
“Tomó más de siete años para que el Protocolo de Kioto entrara en vigor y menos de un año para que el acuerdo climático de París lograra lo mismo”, recalcó el doctor Feng Qi, director ejecutivo de la Facultad de Ciencias Ambientales y de Sustentabilidad de la Universidad de Kean, en Nueva Jersey.
“Aunque todavía es incierto el efecto real del acuerdo después de que entre en vigencia, es una señal simple de que la sociedad internacional es mucho más abierta a la idea de modificar su comportamiento económico y político para controlar el cambio climático, lo que es positivo por todos los medios”.