Leones, tigres, osos, panteras y aves son algunos de los animales salvajes que viven a lo largo de estas 60 hectáreas, en el sur de la Ciudad de México.
Explicó que es un trabajo que requiere las 24 horas del día, en el que se colabora con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Esto es porque existe un apoyo mutuo, en el que hasta el momento se han rescatado aproximadamente 150 animales de circo, 50 que eran usados como mascotas y 40 que mandó directamente la Profepa.
Todos los días se hace el esfuerzo para tener criaderos; los diversos animales viven en un semicautiverio, un hábitat grande en el que viven en manadas, juegan todo el día, escalan y tienen albercas.
Este proyecto empezó por accidente, ya que él estaba por casualidad en Monterrey y se enteró de que iban a vender a una pantera recién nacida en una tienda de mascotas para que la gente se tomara la foto con ella.
Por lo que a él le molestó estos fines de lucro y se la quedó para cuidarla, después llegó a sus manos un tigre, a la semana un leopardo, una leona y un par de años después cuenta con cientos de felinos.
«Les tengo respeto, confianza y nos queremos mucho; me levanto todos los días a darle de comer a una jaguarita que duerme conmigo, es bebé y le doy su mamila, voy a tomar un café, regreso, le doy de desayunar, estoy todo el día aquí, después voy a una zona en donde están los chiquitos», declaró en entrevista.
Comentó que su misión a corto plazo es un plan de reproducción para introducir a la vida silvestre a felinos y aves mexicanas como águilas, con la ayuda de ambas instituciones, a partir del próximo año.
Por otro lado, informó que a finales de este mes se realizará una subasta de algunas esculturas de cerámica decoradas por algunos artistas como Ely Guerra, Carlos Rivera, Claudia Álvarez, Dominika Paleta, Pedro Torres y Billy Rovzar.
Este evento se llevará a cabo en una tienda departamental en Polanco, cuyos fondos monetarios se irán directamente a esta organización que utilizará el dinero para continuar con este trabajo.
«Con una solvencia más fuerte construiremos más rápido, rescataremos más rápido, nos da la capacidad de hacer todos nuestros proyectos de la manera más rápida; queremos darle de regreso a la naturaleza todo lo que nos ha dado», mencionó.
El amor que le ha tenido a los animales es de toda la vida, pero la fundación empezó hace tres años y desde entonces duerme con la ventana abierta, con la mitad de la luz de la habitación prendida, para estar al pendiente de todo, «soy medio esquizofrénico», dijo.
Black Jaguar-White Tiger Foundation no está abierta al público por respeto a las especies, porque si no ya sería un zoológico, indicó.
«Si yo me pongo a cobrar la entrada, me vienen 500 personas al día, pero ya se pierde esa magia que tenemos, recibimos mucha ayuda, gracias a Dios, algunos pueden comprar playeras a través de internet o haciendo su donativo sin comprar algún artículo», aseveró.
Subrayó que es muy caro mantener este santuario, ya que se tiene que invertir en veterinarios, trámites, transportes, los alimentos del día a día, crear hábitats, casetas, gasolinas, choferes.
Más de una tonelada de alimento se requiere para darle de comer a todos los animales, además de las aves y los osos.
«Los animales son tan buena onda que agradecen todo y se dan cuenta cuando los tratas bien, son súper amorosos, valoran mucho lo que tienen, a diferencia de la mayoría de los seres humanos que no valoramos las cosas, hasta que no las tenemos», agregó.
Uno de los casos más drásticos que tuvo fue cuando llegó un tigre con 11 fracturas, todo el mundo lo acusó de no matarlo en el momento, pero lo sacó adelante y ya se recuperó, se encuentra en perfecto estado.
Consideró que las personas tienen una desconexión con el medio ambiente y que se necesita tener conciencia en el planeta, sin ser malagradecidos.