ANKARA, Turquía, noviembre 9 (AP)
En medio de crecientes críticas y de relaciones cada vez más tensas, la Unión Europea y Turquía se lanzaron a una guerra de palabras este miércoles sobre si la candidatura de Ankara para entrar en la Unión Europea debe seguir adelante.
En un pulso con mucho en juego, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la UE no podría llegar “hasta el final” y cortar sus relaciones con Turquía por miedo a poner en peligro su acuerdo para frenar el flujo de migrantes que salen de África y Oriente Medio hacia Europa.
Horas más tarde, en Bruselas, el comisario de Ampliaciones de la UE, Johannes Hahn, dijo que “es hora de Ankara nos diga lo que quiere de verdad”, tras la publicación de un reporte evaluando a Turquía como aspirante a la membresía, y que señalaba lo que la UE describe como una erosión de los estándares básicos de derechos humanos y el estado de derecho.
El reporte, publicado el miércoles, se conoció tras la represión en Turquía libertades de prensa y del arresto de diez legisladores procurdos.
“Estas diversas acciones, incluidas las consideraciones sobre reintroducir la pena de muerte, parecen cada vez más incompatibles con el deseo oficial de Turquía de convertirse en un miembro de la Unión Europea”, dijo Hahn.
“Por su propio interés, Turquía debe dejar urgentemente de alejarse de la UE”, añadió el comisario europeo.
En el creciente conflicto sobre la ya antigua candidatura de Turquía, Erdogan salió al paso de las declaraciones en Bruselas.
“Dicen con descaro y sin vergüenza que la UE debe revisar sus negociaciones con Turquía”, dijo Erdogan a un grupo empresarial en Estambul. “Si llevan retraso, vayan y revísenlas tan pronto como puedan. Pero no sólo las revisen, vayan y tomen su decisión final”.
“¿Saben esos tres millones de refugiados en Turquía? Dicen que hay un problema. ¿Y si las negociaciones terminan y abren las puertas, ¿dónde meteríamos esos tres millones de refugiados? Eso es lo que les preocupa. Por eso no pueden llegar hasta el final”.
Turquía y la UE alcanzaron un acuerdo en marzo según el cual Ankara cortaría el flujo de migrantes a Grecia a cambio de un paquete de incentivos que incluía conversaciones aceleradas sobre su incorporación, miles de millones de euros en ayuda para refugiados sirios en Turquía y viaje a la UE sin visado para los ciudadanos turcos.