MÉXICO (AP) — Con un sombrero de copa como el Tío Sam, bajo el cual su rubio cabello luce alborotado, señala amenazante con un dedo y dice «I hate you» («Te odio»). No muy lejos, aparece a punto de morder un taco con un mexicano dentro.
Son caricaturas, decenas de ellas, y todas tienen al mismo protagonista: Donald Trump, el hoy presidente electo de Estados Unidos, a quien artistas le hacen un «homenaje» a través de la sátira.
Convocados por el caricaturista mexicano Arturo Kemchs, artistas de distintos países contribuyeron para crear el proyecto humorístico «Trump, un muro de caricaturas», que ha dado pie a dos libros y a una exposición en el Museo de la Caricatura de la Ciudad de México.
El proyecto, que inició cuando Trump aún era candidato presidencial, ha recaudado hasta la fecha 1.100 caricaturas de unos 300 artistas de países como Estados Unidos, China, Rusia, Argentina, Costa Rica, Panamá, Colombia y México.
De ladrillo, de retrete, de puño, de lengua, el peinado de Trump es uno de los protagonistas de la colección recogida en los libros «Trump, un muro de caricaturas» y «Trump, un personaje de caricatura».
«La respuesta fue de veras inusitada. He convocado a mis compañeros para otro tipo de temas y nunca me ha llegado la cantidad de obra que me llegó en esta ocasión», dijo Kemchs en entrevista telefónica con The Associated Press desde Colombia donde presentó el primer libro.
«En todo el mundo se estuvo publicando, se sigue publicando y se va a publicar muchísimo más sobre el personaje de Donald Trump», agregó el colaborador del diario mexicano El Universal.
Una selección de las caricaturas llegó hasta el Senado mexicano.
El senador Armando Ríos Piter, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, inauguró la semana pasada la muestra como parte de la Jornada de Protesta Cultural «Un muro a la trompa de Trump», que incluyó la proyección del documental «Stop Trump!».
En la cámara alta las caricaturas tienen un tono más mesurado que en la exhibición principal. En el museo las piezas muestran la plena libertad creativa de los artistas, como en una donde la figura de Trump lleva en su interior a la de Hitler, que a su vez lleva dentro a la de Kim Jong-Il, que encierra a Mussolini formando una «Donaldtrushka», como la tituló el caricaturista mexicano Román Rivas, colaborador del diario Milenio y la revista Algarabía.
«Lo que quiero decir con esta caricatura es que el discurso de este señor es muy similar al de ellos, porque es un discurso excesivamente nacionalista», dijo Rivas sobre su obra en tinta china y dibujo digital. «Tienden a ser dictadores».
El muro que Trump prometió construir en la frontera con México es otro de los temas principales del proyecto.
«Ves que todas las cosas que dice Trump realmente no son realistas y tú como presidente tienes que proponer algo que sea realista», dijo Andrés González, de 14 años, un visitante a la exposición. «Creo que lo que debería más bien es concentrarse en que las empresas no distribuyan el dinero por el mundo y lo capitalicen a Estados Unidos».
Si algo agradecen los artistas participantes es la capacidad de Trump para darles ideas para nuevas caricaturas, lo que, dicen, está asegurado por lo menos en sus cuatro años como presidente.
«Es una delicia para nuestros caricaturistas poder hacer crítica de personajes como él», dijo Luis Javier Sáenz, colaborador de Diario Imagen y La Opinión de Puebla. «Normalmente a cada discurso dicen cosas que para nosotros son alimento puro».
La muestra, inaugurada a mediados de octubre, permanecerá abierta al público hasta el 15 de diciembre.
«La queremos llevar a la embajada norteamericana pero no creemos que la acepten», dijo con humor el caricaturista Juan Terrazas director del museo y colaborador de Publimetro.