KABUL, Afganistán, noviembre 12 (Agencias)
El ataque talibán del jueves contra el consulado alemán en la ciudad afgana de Mazar-e-Sharif, que causó la muerte de ocho personas, fue más peligroso para los diplomáticos de lo que se dijo en un principio, señala el diario alemán Bild en su edición de hoy.
De acuerdo con el rotativo, durante el ataque el cónsul general Robert Klinke fue amenazado por un talibán con un arma de fuego y un funcionario de la Oficina Federal de Investigación Criminal los salvó arrojándolo al suelo. Klinke se escondió luego debajo del escritorio hasta que finalizó el tiroteo.
El atentado, que dejó más de cien heridos, entre ellos 19 mujeres y 38 niños, se llevó a cabo poco antes de la medianoche del jueves, cuando un atacante suicida se inmoló con un camión cargado de explosivos cerca del consulado, una acción que terminó pocas horas después con la muerte de otro insurgente y la detención de un tercero.
A la muerte de los dos talibanes se sumó la de cuatro civiles, quienes fallecieron durante el atentado y la de otros dos que, concluido el ataque, fueron abatidos por soldados alemanes por no detener la motocicleta en la que viajaban al acercarse al consulado. Hasta el lugar del atentado se desplazó un fuerte contingente de tropas de intervenciones rápidas, procedentes del campamento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), donde están estacionados unos mil soldados alemanes, a unos diez kilómetros de Mazar-e-Sharif.
El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores estableció un gabinete de crisis para evaluar la situación tras el atentado, el cual fue calificado de “atroz”. Aseguró en un mensaje en Twitter que su personal “está seguro” gracias a la “heroica” respuesta de la tropas afganas y de la OTAN.
La organización condenó el atentado y confirmó en un comunicado que “21 miembros del personal del consulado alemán fueron evacuados de manera segura” a un campamento de la Alianza Atlántica, y aclaró que ninguno resultó herido. La misión de la ONU en Afganistán también criticó la acción insurgente.
Para el presidente afgano, Ashraf Gani, este ataque revela con claridad la intención de los talibanes de aislar al país para que no tenga “relaciones estrechas e independientes con el mundo”. “Esta acción del enemigo no debilitará la lucha antiterrorista y la histórica amistad entre la gente y los gobiernos de Alemania y Afganistán”, afirmó.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid justificó en un comunicado el atentado como una venganza por el reciente bombardeo de “países invasores” en Kunduz y acusó a Alemania de estar detrás de “los crímenes” en esa zona.
Señaló que Alemania le proporcionó a las fuerzas estadounidenses la información de inteligencia necesaria para llevar a cabo dicho atentado, en el que al menos 32 civiles murieron la semana pasada en una operación realizada por las fuerzas afganas con apoyo aéreo de EU contra un grupo de talibanes que se habían reunido al norte de Kunduz.
El gobierno alemán asegura que no tiene información de que su ejército estuviese involucrado en dicho ataque. La OTAN permanece en Afganistán con cerca de 12 mil efectivos y Estados Unidos tiene a nueve mil 800 soldados. Alemania mantiene, con 983 uniformados, la mayoría de ellos en Balkh, su presencia militar después de que decidiera el año pasado prorrogar su mandato ahí.