NUEVAS YORK, EU., noviembre 14 (AP)
Para los combatientes en las prolongadas guerras culturales de Estados Unidos, el triunfo de Donald Trump y los republicanos en el Congreso fue un gran golpe de efecto, ocasionando a una parte júbilo y profunda consternación a la otra.
Defensores de los derechos de la comunidad LGBT (un acrónimo que agrupa a personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) y del derecho al aborto temen ahora retrocesos en lugar de más avances. Pero el resultado envalentonó al movimiento antiabortista e infundió nueva vida a la campaña por los derechos religiosos para conseguir exenciones en cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo y otras leyes.
Kelly Shackelford, directora del First Liberty Institute, un grupo jurídico especializado en casos de libertad religiosa, dijo que, por causa de Trump, el ambiente pasará de ser “brutal” bajo el gobierno de Barack Obama para volverse amigable dado el control de Partido Republicano en ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca. Entre sus clientes están dos pasteleros cristianos en Oregon que fueron despedidos por negarse a hacer un pastel para una boda entre personas del mismo sexo.
“Entre las repercusiones de la elección estará una campaña renovada, en legislaturas estatales y el Congreso, para aprobar duras legislaciones contra el aborto. Los conservadores religiosos presionarán por protecciones de conciencia extensas y una revocación de leyes que, afirman, violentan su libertad religiosa. Y la iniciativa de permitir que estudiantes transgénero utilicen el baño que deseen en la escuela, medida fuertemente respaldada por el presidente Obama, podría marchitarse ante la resistencia del Partido Republicano.
doctor Willie Parker, un médico con sede en Alabama que realiza abortos en tres estados del sur.