Por un error al oprimir los pedales de su vehículo, una conductora de la tercera edad “inauguró” antes de tiempo un local comercial situado en una tienda departamental.
Debido al percance, los encargados del local tendrán que posponer su fecha de apertura debido a que su fachada quedó completamente destruida.
Presuntamente la conductora de un automóvil marca Honda tipo Accord último modelo confundió el pedal del freno con el del acelerador. Luego de un primer impacto contra el local comercial, el vehículo finalmente frenó su trayectoria al estrellarse contra un vehículo estacionado.
Enterado del percance, el perito de Tránsito local en turno, Juan José Montoya Yépez, acudió al estacionamiento de un centro comercial ubicado en el cruce del bulevar Familia Rotaria y el bulevar Adolfo López Mateos para tomar conocimiento de los hechos.
Luego de entrevistarse con las partes involucradas y escuchar por separado sus versiones, el perito en materia de vialidad al deslindar responsabilidades señaló como presunta responsable a una persona de la tercera edad, de quien sólo se supo que es maestra jubilada, ya que no proporcionó sus datos generales.
La mujer manejaba un automóvil marca Honda tipo Accord último modelo, a bordo del cual se desplazaba de poniente a oriente al interior del estacionamiento de la tienda departamental.
Fue al tratar de detener su marcha en un cajón de estacionamiento cuando la mujer aceleró en vez de frenar y esto provocó que trepara hacia la banqueta y avanzara de manera descontrolada hasta estrellarse con un negocio que afortunadamente no estaba en funcionamiento todavía.
Luego de derribar el cristal principal del lugar con todo y una puerta de doble hoja, y dañar una columna de tablarroca, la docente jubilada siguió su descontrolada carrera y al virar hacia su extrema derecha se estrella de manera frontal con un carro marca Nissan tipo Sentra modelo 2005, el cual es propiedad de Mario Ruiz Martínez, de 41 años de edad.
Aun cuando el aparatoso accidente no dejó personas lesionadas, los daños materiales fueron cuantiosos, ya que fueron estimados por encima de los cien mil pesos.