BUENOS AIRES (AP) — Los protectores de animales lograron el jueves que el Congreso apruebe una ley que prohíbe las carreras de galgos en Argentina tras denunciar durante años el maltrato que sufren los animales.
La Cámara de Diputados aprobó la norma en la madrugada con 132 votos a favor, 17 en contra y 23 abstenciones en medio de manifestaciones de grupos defensores de los animales y aficionados a ese tipo de competencias que son tradicionales en algunas provincias del país.
Se prevé que en los próximos días el presidente Mauricio Macri, que también se ha manifestado en contra de las carreras, promulgue la ley.
Luego de conocerse la decisión los proteccionistas estallaron en júbilo en las inmediaciones del Congreso. Las redes sociales se llenaron de mensajes de satisfacción. «Una gran alegría que se haya aprobado la ley, ojalá salga la prohibición de todo tipo de eventos con animales», escribió una usuaria identificada como Tamara Jacobo. Otro llamado Charly cuestionó: «Si prohíben las carreras de galgos deberían prohibir el turf (carreras de caballos), la doma, etc. Si vamos al caso todos son animales sometidos».
La norma, que ya había sido aprobada por el Senado en 2015, prohíbe «en todo el territorio nacional la realización de carreras de perros, cualquiera sea su raza».
Establece que quienes organicen, promuevan, faciliten o realicen esas competencias serán reprimidos con prisión de tres a cuatro años -no excarcelable- y multas que alcanzan los 80.000 pesos (unos 5.200 dólares).
Los protectores de animales aseguran que los perros que compiten viven hacinados en jaulas y reciben cocaína líquida y efedrina para correr más rápido. Afirman que los animales son aptos para estas competencias hasta los tres años de vida en promedio, tras lo cual muchos son sacrificados o abandonados.
A los grandes ganadores los usan luego con fines de reproducción.
Las agrupaciones a favor de la libertad de los galgos recopilaron en los últimos años más de 400.000 firmas a favor de la ley.
La titular de la Comisión de Legislación Penal, la diputada Gabriela Burgos, denunció durante el debate legislativo que «las carreras son un negocio, una industria de juego clandestino donde son prioritarias las ganancias». Indicó que en Estados Unidos 45 estados las prohibieron, lo que «marca un nuevo paradigma positivo».
Los legisladores que votaron a favor señalaron que aunque las carreras son una tradición constituye una «evolución» no permitirlas.
Pero miembros del peronista Frente para la Victoria y de otras fuerzas se mostraron en contra, al señalar que con los mismos argumentos podría pedirse la prohibición de las carreras de caballos o el polo porque los animales también sufren daños y son eliminados cuando no pueden competir más.
Otros denunciaron que se «criminaliza» a los criadores de galgos y organizadores de carreras que tienen «un trabajo digno» y que la prohibición es inconstitucional.
Antes de la votación algunos galgueros habían dicho a The Associated Press que, en lugar de prohibir, los diputados deberían crear mecanismos para asegurar el cuidado de los perros. Advirtieron que si las carreras eran rechazadas los aficionados las realizarán de todos modos.
Antes de la aprobación de esta norma nacional las provincias de Santa Fe y Neuquén las habían prohibido a través de una ley provincial. En Buenos Aires se permitía su celebración únicamente en canódromos habilitados.
Sin embargo, en esos distritos se siguieron corriendo competencias clandestinas que movieron apuestas de miles de pesos en negro.
Defensores de los animales sostienen que en otros países sudamericanos donde las carreras son legales, como Uruguay y Chile, los que están en contra de su organización están ganando terreno.