NUEVA YORK, EU., noviembre 17 (Notimex)
Organismos de Derechos Humanos y civiles de Estados Unidos mostraron su alarma ante las propuestas de aliados del presidente electo Donald Trump para crear registros y campos de concentración para inmigrantes de países musulmanes.
Las críticas surgieron luego que Carl Higbie, vocero de uno de los fondos financieros que apoyaron la candidatura de Donald Trump, expresó a medios de información que el nuevo gobierno debería crear campos de concentración para los inmigrantes musulmanes a fin de evitar ataques terroristas.
La idea está inspirada en los campos de concentración para la población japonesa creados en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial a fin de, supuestamente, evitar ataques de los miembros de esta comunidad como venganza a la ofensiva militar estadounidense contra esta nación asiática.
La propuesta de Higbie estuvo inspirada en un plan sugerido por otro aliado de Trump, Kris Kobach, quien es un candidato para ocupar el puesto de Secretario de Estado del nuevo gobierno, y quien llamó a crear un registro para los inmigrantes musulmanes.
Ambos planes parecen haber sido inspirados por la propuesta de campaña del propio Trump para vetar la entrada a musulmanes provenientes de países donde existe actividad terrorista o, al menos, de implementar un programa de “investigación extrema” antes de permitir el ingreso de estas personas.
Cecilia Wang, directora del proyecto para inmigrantes de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU), urgió a Trump a rechazar de inmediato los planes para crear campos de concentración inspirados en aquellos implementados para japoneses, por los que el Gobierno se ha disculpado.
“La concentración ha sido desacreditada como un capítulo vergonzoso de nuestra historia, incluido Ronald Reagan, quien los llamó una “gran injusticia” y quien se disculpó a nombre de todos los estadounidenses”, expresó Wang.
Advirtió que si la administración de Trump decidía implementar estos planes, entonces los abogados del ACLU demandarían legalmente al gobierno federal.
Por su parte, la directora de Amnistía Internacional en Estados Unidos, Margaret Huang, escribió una carta abierta al gobierno de Donald Trump para manifestar que estaba “profundamente alarmada” por la creación de un registro para musulmanes de países con una población mayoritaria de esta religión.
“Puesto de manera simple, estas propuestas son un ataque directo a los derechos humanos. A través de la historia, AI ha documentado las implicaciones de esta clase de discriminación en China, Irán y otros países, y no veremos pasivamente lo que pasa en Estados Unidos”, afirmó Huang.
Manifestó que el gobierno de Estados Unidos nunca debe impulsar la noción de que algunas minorías religiosas tienen menos derechos que la mayoría.
“Alentamos enérgicamente a su administración a evitar cambios a las leyes y políticas de Estados Unidos que tendrían el efecto de hacer blanco de comunidades religiosas o étnicas específicas, o de promover creencias religiosas al suprimir otras en nombre del contra-terrorismo”, dijo Huang.
Por su parte, el director de asuntos gubernamentales del organismo Consejo para las Relaciones Estadunidense-Islámicas (CAIR), Robert McWag, pidió también al presidente electo rechazar estas propuestas de manera enérgica e inmediata, debido a que equivaldrían a “regresar el reloj a un tiempo reaccionario” de políticas fallidas y discriminatorias.
“Los planes de registros y concentración de musulmanes en un momento de islamofobia sin precedentes sólo sirve para profundizar las divisiones resultantes de la campaña presidencial y no hacen nada para fortalecer la seguridad de nuestra nación”, enfatizó McWag.