Pablo Hernández Contreras CIUDAD MANTE, Tam.-
La dificultad para reconocer los errores cometidos que llevaron al fracaso electoral del cinco de junio pasado fue el común denominador en la reunión sostenida por la dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tamaulipas Aída Flores Peña, quien no atinó a responder la cascada de reclamos que emitieron los militantes de este instituto político.
En reunión efectuada la tarde del viernes en el Comité Municipal, a donde se dieron cita ex presidentes del partido, ex alcaldes y ex diputados, la dirigente se hizo acompañar del secretario de Organización José Hernández Cuesta, y con la presencia de Guadalupe Acevedo se desarrolló la reunión que no tuvo orden del día.
En ella, en primera instancia los priístas escucharon las condiciones en las que se encuentra un PRI que sufrió un duro revés en las urnas electorales y que estaba decidido a iniciar un proceso para sanear lo mucho que se sufrió en el proceso pasado.
Aunque sin atinar a responder los por qué se perdió de esa manera en Tamaulipas, los políticos locales afirman que además de la simulación, el desgano y la falta de consulta a las bases se llegó a una sonada derrota que no tiene precedentes, a pesar de que en dos ocasiones anteriores el PRI había perdido la presidencia, pero nunca la gubernatura, las diputaciones y más allá de ello, la confianza de la comunidad.
En voz de varios de ellos, entre los que reclamaron que no se hicieron bien las cosas, hablaron los ex alcaldes José Manrique y José Luis Castellanos, al cual incluso trataron de impedir que manifestara su inquietud de saber si seguía o no dentro del partido.
El diputado federal Alejandro Guevara, único representante popular que le queda al PRI en este proceso, indicó que se deben apreciar los errores cometidos aprender de ellos.
Julio Portales hizo el llamado a unirse, a pensar en que se debe recuperar, porque el PRI tiene estructura y tiene militancia, misma que debe iniciar un recorrido para ver cómo las bases piensan y sienten.
Los priistas se sienten ofendidos y humillados por un comité estatal que no ha sabido escuchar, luego de la conformación de una planilla que no representaba verdaderamente la mayoría de los sectores y organizaciones que lo componen y lejos de mejorar, empeoró con los años y la muestra la tuvieron en la pasada elección.
Con más pena que gloria, la dirigente se llevó la retahíla de reclamos y solo atinó a decir que en mes y medio habrá nuevo presidente del comité estatal y de ahí se vendrá entonces la renovación del comité local. En Tanto deben asimilar la derrota sufrida e iniciar con el trabajo con miras a mejorarlo en el 2018.