CIUDAD DE PANAMA (AP) — Otto recuperó fuerza de huracán el miércoles mientras avanzaba por el Caribe en una trayectoria que lo haría tocar tierra el viernes al sur de Nicaragua o el norte de Costa Rica, que no ha conocido una tormenta de esta magnitud desde 1851, el año de los primeros registros confiables.
El meteoro ha fluctuado entre tormenta tropical y huracán los últimos días. Pero el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dice que ahora Otto tiene vientos con fuerza de huracán de 120 kilómetros por hora (75 millas por hora).
A las 7 p.m. tiempo del este de Estados Unidos, el ojo de Otto se ubicaba a unos 230 kilómetros (140 millas) al noreste de Limón, Costa Rica, y a unos 285 km (180 millas) al este-sureste del poblado de Bluefields, Nicaragua.
Las lluvias intensas de la tormenta provocaron tres muertes en Panamá, mientras que las autoridades costarricenses ordenaron la evacuación de 4.000 personas de la costa del Caribe.
En Nicaragua se decretó alerta roja en la zona del Caribe Sur, y se prevé la evacuación de unas 7.000 personas de zonas vulnerables, mientras que en el resto del territorio se ha decretado alerta amarilla. Se ordenó la suspensión de las clases del 24 al 27 de noviembre.
Se cancelarán las clases en la zona al sur de Bluefields, que resultó seriamente afectado por el huracán Joan en 1988, señaló la agencia nicaragüense de prevención de desastres.
La tormenta descargó lluvias intensas en Panamá. El director de la defensa civil panameña, José Donderis, dijo que un deslave al oeste de Ciudad de Panamá atrapó a nueve personas el martes por la mañana, de las cuales dos murieron bajo el barro. En la capital, un niño murió al caer un árbol sobre el auto en que se encontraba.
El presidente costarricense Luis Guillermo Solís dijo que Otto podría dañar los cafetales y otros cultivos.
Nicaragua también temía daños en la empobrecida región agrícola de la zona; Otto podría afectar los cultivos de café, que están casi listos para su cosecha.
Otto «pondría en riesgo la seguridad alimentaria de los pequeños granjeros que dependen del maíz, frijol, cacao, miel, café y ganado para sobrevivir», indicó Jennifer Zapata, directora regional de Heifer Internacional, un grupo de combate a la pobreza con sede en Estados Unidos.