Berlín, 28 Nov (Notimex).- El Tribunal Federal Superior de Alemania confirmó hoy en Karlsruhe la vigencia de la pena de cárcel de cuatro años para el Contador del campo de concentración de Auschwitz, Oskar Gröning, a pesar de que el individuo tiene 95 años.
El dictámen del Tribunal Federal Superior puede significar que otros cómplices en los asesinatos en masa durante los años del nazismo sean finalmente procesados por la justicia y obligados cumplir sus condenas a pesar de las avanzadas edades que tienen en la actualidad. Los hechos ocurrieron hace 70 años.
El Tribunal Federal Superior de Alemania recibió el caso hace un año para realizar una revisión, después de que Gröning fue encontrado culpable por el Tribunal de Lüneburg en uno de los últimos grandes juicios contra colaboradores nazis.
La sentencia dada a conocer este lunes por el Tribunal Federal Superior, es la primera en la que el máximo tribunal judicial alemán confirma la pena de cárcel y su vigencia para un cómplice del Holocausto.
Se confirmó la acusación que pesa sobre él de haber sido colaborador en el asesinato masivo que se llevó a cabo en el campo de concentración de Auschwitz, el mas grande. Sus tareas fueron vigilar los transportes con presos, que eran judío, opositores u homosexuales entre otros.
A ello se sumó que estuvo encargado de administrar para el régimen nazi el dinero de los judíos que fueron enviados a ese campo de concentración.
El Tribunal Federal Superior dictaminó que Gröning contribuyó al funcionamiento de la maquinaria de la muerte estructurada por el nazismo durante la Segunda Guerra.
Se le encontró culpable de haber sido cómplice en el asesinato de 300 mil personas a pesar de que él no las mató directamente.
Con el dictamen que este lunes pronunció el Tribunal Federal Superior podría quedar el camino libre para iniciar proceso contra otros colaboradores de los nazis en el genocidio, a pesar de sus avanzadas edades.
Durante décadas, participantes en el Holocausto no fueron procesados en Alemania porque no mataron directamente pero fueron “piezas” en la gran maquinaria nazi que posibilitó el asesinato en masa.
El vuelco en la perspectiva penal respecto a los cómplices del genocidio nazi tuvo lugar en 2011, cuando el Tribunal de Munich emitió una condena de cárcel contra el celador del campo de concentración de Sobibor, John Demjanjuk.
Fue acusado de complicidad en el asesinato de 28 mil personas. Demjanjuk no cumplió su sentencia de cárcel porque murió antes en una casa de reposo para gente que ya no se puede valer por si misma.