diciembre 15, 2024
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noviembre 29, 2016 | 226 vistas

WASHINGTON (AP) — La compañía Carrier Corp., especializada en equipos de aire acondicionado, dijo el martes que llegó a un acuerdo con el presidente electo Donald Trump para mantener casi 1.000 empleos en Indiana en lugar de transferir la producción a México.

Trump y el vicepresidente electo Mike Pence tienen planeado viajar al estado el jueves para anunciar el acuerdo junto con directivos de la empresa.

Trump confirmó la reunión con un mensaje en Twitter la noche del martes, en el que prometió «¡Un gran acuerdo para los trabajadores!»

Trump pasó gran parte de su campaña prometiendo que evitaría que empresas como Carrier mudaran fuentes de empleo al extranjero. Su enfoque en empleos del sector manufacturero le granjeó un inesperado atractivo entre los votantes de la clase trabajadora en estados como Michigan, que habían votado durante mucho tiempo por los demócratas en elecciones presidenciales.

Los detalles del acuerdo no estaban claros. Carrier tuiteó que la compañía estaba «complacida por haber alcanzado un acuerdo» con Trump y Pence para mantener los empleos en Indianápolis.

Un funcionario del equipo de transición confirmó que el presidente electo y Pence, quien está terminando su mandato como gobernador de Indiana, se reunirían el jueves con directivos de Carrier. El funcionario insistió en no ser identificado ya que no estaba autorizado para hablar sobre el viaje antes del anuncio oficial.

Trump dijo la semana pasada que estaba «logrando avances» en su intento de que Carrier se quedara en Indiana.

En febrero Carrier informó que cerraría su planta de Indianápolis, en la que emplea a 1.400 trabajadores, para mover sus operaciones a México. Los empleados serían cesados en un periodo de tres años a partir de 2017.

United Technologies Electronic Controls también anunció que planeaba trasladar sus operaciones de manufactura en Huntington a una nueva fábrica en México, lo que le hubiera costado 700 empleos a la ciudad del noreste de Indiana antes de 2018. Esos trabajadores fabrican controles a base de microprocesadores para industrias de calefacción, ventilación, aires acondicionados y refrigeración.

Tanto Carrier como Utec pertenecen a United Technologies Corp, con sede en Hartford, Connecticut, que también posee Pratt & Whitney, un gran proveedor de motores para aviones de combate y que depende en gran parte de los contratos militares de Estados Unidos.

En un debate contra la demócrata Hillary Clinton efectuado en septiembre, Trump se expresó en contra de la decisión de Carrier de trasladar cientos de empleos en la manufactura de equipos de aire acondicionado de Indianápolis a México.

«Hay cientos y cientos de compañías que están haciendo esto», dijo Trump. «Debemos impedir que nos roben nuestros empleos. Debemos evitar que nuestras compañías salgan de Estados Unidos».

Carrier no fue la única compañía a la que criticó Trump. Prometió dejar de comer Oreos luego de que la matriz de Nabisco, Mondelez International, dijera que reemplazaría nueve líneas de producción en Chicago con cuatro en México. También criticó a Ford, luego de que la empresa detalló un plan para invertir 2.500 millones de dólares en plantas de fabricación de motores y transmisiones en México.

Chuck Jones, presidente de United Steelworkers Local 1999, que representa a los empleados de Carrier dijo sobre las noticias del martes: «Estoy optimista, pero no sé cuál sea la situación. Supongo que es una buena señal… Se pensaría que nos mantendrían al tanto. Pero no sabemos nada».

El acontecimiento en Indiana marcará una inusual aparición pública para Trump, quien ha pasado casi todo su tiempo como presidente electo reunido con asesores y entrevistando a posibles miembros de su gabinete. Trump tiene planeado realizar en los próximos días lo que sus asesores han anunciado como una gira «de agradecimiento» a los votantes que lo respaldaron en la campaña presidencial.

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