noviembre 20, 2024
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diciembre 1, 2016 | 142 vistas

CAMAGÜEY, Cuba (AP) — La caravana que traslada las cenizas de Fidel Castro abandonó el jueves el centro del país para adentrarse en las llanuras centro orientales de Camagüey, destino final del segundo día de recorrido.

Entre vivas, saludos y llantos, y en medio de una lluvia pertinaz, miles de habitantes recibieron los restos por la noche. Pernotarán hasta el amanecer en una zona aledaña a la plaza de la Revolución, donde se organizó un acto cultural y una vigilia para homenajear al fallecido líder.

Miles de habitantes inundaron las calles y engalanaron las hermosas casas coloniales con grandes banderas cubanas y del Movimiento 26 de julio, que fundó Castro al inicio de la lucha revolucionaria tras el fallido ataque al Cuartel Moncada de 1953.

En las entradas de algunas viviendas, los pobladores levantaron altares improvisados con fotos de Castro en diferentes momentos de su vida y le colocaron rosas rojas y girasoles. Canciones revolucionarias comenzaron a escucharse incesantemente en algunas calles y animaron aún más el ambiente.

A medida que avanzaba la caravana por las calles de Camagüey, la emoción se hizo más latente entre los pobladores, algunos de los cuales utilizaron sus teléfonos móviles para registrar el momento y alumbrarse en medio de la noche.

«Me da tristeza verlo pasar en una caja. Me impresiona», dijo entre llantos Leonor Ramos Abreu, una jubilada de 73 años.

Algunos habitantes de Camagüey, como el excombatiente José Ramón Santos, de 64 años, se instalaron a los costados de la avenida de la Libertad para aguardar el paso del cortejo. «Tengo apretado el corazón», confesó emocionado Santos, quien portaba una chamarra verde oliva con media docena de medallas.

A su lado estaba Berta Socorro, de 91 años, quien no pudo contener las lágrimas al recordar los tiempos en los que era mesera y tuvo la oportunidad de servirle a Castro cuando visitó un centro deportivo de Camagüey. «En público (Castro) era un hombre que mostraba su inteligencia y en el trato en privado con los trabajadores era esmeradamente delicado».

«Somos una familia revolucionaria que siempre hemos estado, y ahora más que nunca, con Fidel y la revolución», afirmó Doris Serrano Wilson, de 52 años, quien no podía ocultar su emoción por la llegada de los restos.

Las cenizas del exmandatario pasarán la noche en Camagüey para continuar el viernes el recorrido de varios cientos de kilómetros hacia Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país, donde serán inhumadas el domingo.

Más temprano, la caravana pasó por la ciudad central de Sancti Spíritus, a casi 400 kilómetros al este de La Habana, que recibió los restos de Castro con algunos de sus edificios engalanados con inmensas banderas cubanas en las fachadas.

Entre los vehículos que viajan figuran cuatro jeeps rusos UAZ verdes que llegaron a Cuba en los años 80 para uso de las fuerzas militares.

Miles de adultos, jóvenes y niños vestidos con uniforme escolar, que llevaban en las manos fotografías del expresidente y pequeñas banderas cubanas que blandían casi de manera sincronizada, se formaron ordenadamente a los lados de las estrechas calles y avenidas de Sancti Spíritus para saludar el cortejo mientras algunos gritaban vivas a Castro.

El cortejo fúnebre recorrió la víspera más de 300 kilómetros desde La Habana hasta la ciudad central de Santa Clara donde se realizó una concentración multitudinaria cerca del mausoleo que guarda los restos del icónico líder guerrillero Ernesto «Che» Guevara y sirvió la noche del miércoles como refugio temporal para las cenizas de Castro.

Entre el lunes y martes, el exgobernante, que murió el 25 de noviembre a los 90 años, fue honrado por decenas de miles de personas que acudieron a la emblemática Plaza de la Revolución para darle el último adiós.

La caravana recorre en sentido inverso la marcha victoriosa del movimiento guerrillero que lideró Castro desde las montañas de Sierra Maestra y protagonizó la revolución de enero de 1959.

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