noviembre 20, 2024
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diciembre 2, 2016 | 184 vistas

PHOENIX, E. U., diciembre 1 (AP)

La muerte de una guatemalteca en un centro de detención de Arizona donde han fallecido numerosos inmigrantes presos es otro ejemplo del mal trato que reciben los extranjeros sin permiso de residencia retenidos en instalaciones privadas, según activistas.

Raquel Calderón de Hidalgo, de 36 años, falleció en un hospital cerca del Centro de Detención de Eloy, una de las instalaciones que reciben más inmigrantes de todo el país y que actualmente aloja a mil 473 personas, casi al tope de su capacidad, que es de mil 500.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas dijo el lunes que Calderón falleció el domingo tras sufrir una serie de convulsiones. Fue la tercera muerte que se registra en los centros de detención del servicio de inmigración desde el 1ro de octubre.

Quince inmigrantes han fallecido en el Centro de Detención de Eloy desde el 2004, según datos del servicio de inmigración, conocido por sus siglas en inglés, ICE. Este año el centro registró un severo brote de sarampión luego de que algunos empleados se negaron a ser vacunados.

“Es algo decepcionante, porque esta muerte, igual que las otras, pudo haber sido evitada. Pero lamentablemente esta administración y (los directores del penal) no deben rendir cuentas y así vemos que se pierde otra vida”, expresó Carlos García, director ejecutivo de Puente Arizona, organización defensora de los derechos de los inmigrantes sin permiso de residencia.

El centro de detención, ubicado 96 kilómetros (60 millas) al sur de Phoenix, ha sido blanco frecuente de activistas como Puente, que organizó un concierto y una protesta frente a la instalación este año con la participación de los músicos John Legend y Juanes, quienes hablaron de los malos tratos que reciben los detenidos durante sus presentaciones.

La muerte de Calderón se produce en momentos en que el gobierno de Barack Obama observa de cerca el funcionamiento de las prisiones privadas y coincidiendo con una ola de migrantes centroamericanos y haitianos que amenaza con desbordar la capacidad del servicio de inmigración.

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