WASHINGTON, EU., diciembre 3 (AP)
El Gobierno ruso niega de forma tajante haber alterado la elección presidencial en Estados Unidos o haber tomado partido. Pero ahora que se conocen los resultados, los miembros del partido del presidente Vladimir Putin, Rusia Unida, no se contuvieron.
“Resulta que Rusia Unida ganó las elecciones en Estados Unidos”, dijo Viktor Nazarov, gobernador de la región de Omsk, en una entrevista radiofónica.
Mucho antes de que Donald Trump entrara en el radar de los votantes estadounidenses, Rusia había visto oportunidades en comicios por todo el mundo. Pero 2016 presentó una ocasión única.
Impulsados por años de duras sanciones económicas y décadas de reveses postsoviéticos, los rusos estaban más deseosos que nunca de aprovechar la situación. La carrera por la Casa Blanca, plagada de luchas internas en los partidos, escándalos y polémicas, era un cebo fácil.
Para Putin, el alivio de las sanciones en la puerta de entrada al objetivo último de situar a Rusia como el equivalente político y económico de Estados Unidos. Y Trump, que ha alabado en público el liderazgo de Putin y pidió un enfoque más moderado hacia las relaciones entre Washington y Moscú, es el conducto para conseguirlo.
“Es más sobre las instituciones que sobre las personalidades”, dijo Robert Ámsterdam, un abogado internacional con un alto número de rusos de alto perfil en su cartera de clientes. Putin “estaba gravemente afectado por las sanciones porque el objetivo eran sus amigos más cercanos y ahora piensas que Trump va a cambiar eso”.
Agencias de inteligencia de Estados Unidos dijeron en octubre que estaban confiadas de que el Gobierno ruso se infiltró en correos de ciudadanos e instituciones estadounidenses, políticas incluso, y las entregó a DCLeaks.com y WikiLeaks para que los filtraran. Correos del Comité Nacional Democrático hackeados en julio provocaron la renuncia de su presidenta Debbie Wasserman Schultz.
“Usar la información como arma es realmente sobre quién escribe la verdad, quién escribe la narrativa y quién se beneficia de esa narrativa, y eso es increíblemente poderoso”, dijo Laura Galante, directora de análisis de inteligencia en la firma de ciberseguridad FireEye Inc.
Rusia ha buscado ponerse al paso de Estados Unidos desde el colapso de la Unión Soviética, extendiendo su territorio donde puede, contrarrestando la acción militar estadounidense y posicionándose como rival de la mayor economía del mundo.
Pero sus ambiciones sufrieron un revés en 2014, cuando el gobierno de Barack Obama autorizó sanciones contra sectores de la economía rusa, incluyendo servicios financieros, energía, minería y defensa. El gobierno estadounidense también sancionó a gente cercana a Putin acusada de minar la paz en Ucrania. Sumando eso a la caída de los precios del petróleo y un rublo débil, la economía rusa quedó aprisionada.