MOSUL, Irak, diciembre 4 (AP)
El caos estalló en el este de Mosul el domingo cuando centenares de residentes se abalanzaron hacia camiones de ayuda que distribuían agua y alimentos.
El gobierno iraquí llamó a los residentes a quedarse en sus casas durante la operación para recapturar la ciudad de manos del Estado Islámico, esperando con ello evitar un desplazamiento a gran escala, pero con la lentitud de los avances en tierra, centenares de miles de personas están varadas ahora con escasas reservas de agua y comida.
El gobierno envió el domingo camiones cargados con alimentos, aceite de calefacción y agua potable a residentes en áreas recapturadas, pero pocos de los vehículos llegaron a civiles varados cerca de los combates.
“No hay justicia”, dijo Abu Ahmed durante la caótica distribución de ayuda en el barrio de Samah, en el este de Mosul. “Algunas personas tomaron muchas bolsas de comida y otras no recibieron nada”. Ahmed pidió que no se usase su nombre completo por razones de seguridad.
Aunque los camiones llevaban carteles que los identificaban como vehículos de ayuda a nombre del gobierno local, no había personal del gobierno ni de seguridad presentes en Samah durante la trifulca que se desató.
Hombres, mujeres y niños se pelearon por bolsas de harina y cestas con manzanas.
“Estamos desesperados. Es la primera vez que he visto camiones de ayuda”, dijo Abu Ahmed. Dijo que el agua y los alimentos que los residentes habían almacenado antes del inicio de la operación se habían agotado.
A un punto, soldados iraquíes dispararon al aire en un intento de espejarla calle para que pudiesen pasar ambulancias con heridos del frente de batalla.
Más de seis semanas después de iniciada, la batalla por Mosul avanza lentamente, con las fuerzas del gobierno combatiendo calle por calle con extremistas islámicos fuertemente armados que lanzan ataques suicidas.
El domingo se libraban fuertes combates en la zona este de Mosul, donde ambos bandos cruzaban fuego desde las azoteas en el barrio de Shaimaa. Los milicianos del grupo extremista atacaron el distrito con duras rondas de mortero, según un equipo de AP que presenció la batalla.
Decenas de familias se arriesgaron a salir durante los enfrentamientos para abandonar sus casas y huir de distritos en manos de la milicia radical hacia la seguridad relativa de los vecindarios de Shaimaa y Entissar, recuperados por tropas del gobierno, o por campamentos para desplazados a una distancia segura de la ciudad.