Eduardo Narváez López .-
El pasado sábado cuatro de diciembre de este 2016 nos reunimos varios condiscípulos de la preparatoria generación 1959-1961 de la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria en el restaurante del Hotel Los Monteros de esta Ciudad. El compañero-anfitrión Rafael Adame Treviño previamente mandó preparar los sabrosos platillos que los asistentes pidieron a la carta. Adame, en coordinación con Eduardo Narváez López, organizaron la reunión la cual se efectuó en un ambiente de cordialidad y gusto por vernos nuevamente como lo hemos venido haciendo cada seis meses en esta nueva época a partir de diciembre de 2011, convocada por el desaparecido y siempre bien recordado Antonio Beltrán Castro y Eduardo Narváez López.
En esta ocasión, de los veintiséis convocados, asistieron catorce que aparecen en la fotografía adjunta. Hacemos un atento llamado a los faltistas para que no se desarraiguen de sus compañeros de la adolescencia y tierna juventud que es la mejor etapa de su vida por derrochar energía, alegría y clave en la vida, que es cuando decidimos lo que vamos a desarrollar en el largo peregrinar de nuestras vidas; sentirse orgullosos de un grupo del que muchos han destacado en los tres órdenes de gobierno; así como en el ejercicio de sus profesiones, en la política, la docencia… Estaban tan cerradas las pláticas entre los diferentes grupitos que se formaban que no hubo necesidad de discursos. Quedó para otra ocasión la declamación de una de las poesías que siempre interpreta Eduardo Narváez.
Cabe decir que, al menos los que concurrieron, se ven rozagantes, llenos de vida; la mayor parte están en activo, para no perder la costumbre, aun cuando la mitad ya se jubilaron. Constátelo usted mismo observándolos en la fotografía: sentados de izquierda a derecha Juan Manuel Flores Vázquez, Jesús López Tijerina, María del Carmen Ruiz Sánchez, Salustia Garza Cruz, Eduardo Narváez López, Adrián Williams Echartea, Merced J, Martínez García; parados Alfonso Wong García, Antulio Silva Sandoval, Héctor Obregón Fuentes, Rafael Adame Treviño, Enrique Martínez Camarillo y Gregorio Compeán Ramírez.
El convivió se desarrolló en medio de una camarería alegre en la que se evocaron anécdotas y bellos recuerdos. Cabe decir que los ahí reunidos no utilizaron ninguno de los accesorios que se pusieron a su disposición: bastones, muletas, sillas de ruedas, ni medicinas que por lo regular toman los de la tercera juventud, pues resulta que todos rebosaban salud. Los aplausos animaron al ingeniero Adrián Williams Echartea para que tomara la palabra. Expresó que casi nunca falta a las reuniones semestrales porque rejuvenece al ubicarse en aquellos años; luego pronunció las suyas el licenciado Antonio Marroquín Vargas, quien ya se recuperó de su columna afectada –se le desvió una vértebra por andar cargando un costal de mezquite y guamúchiles que pizcó en el patio de su casa en Güémez (es guasa)-. También habló otro de los infaltables, el doctor Antulio Silva Sandoval, quien entre otros conceptos, expresó la constancia de Eduardo Narváez, mía pues, para convocarlos a estas reuniones semestrales y que le dio mucho gusto que hayamos visitado la tumba de su inolvidable y eterno amigo Toño Beltrán.
Eduardo Narváez López, es decir yo, expresé que con gusto llamaba por teléfono con los compañeros, pues me encanta intercambiar chismes de altura con tan distinguidas personalidades, además servía para salir de mi rutina diaria y azarosa en México de ir por la leche en las mañanas, por las tortillas en las tardes y el pan por las noches. Les comuniqué saludos del licenciado Héctor Liceaga en Cuernavaca, el CP Ariel García y doctor Abelardo Terán en Tampico, doctor Octavio Longoria en Matamoros, arquitecto Juan J. Vázquez Sáenz en Laredo, ingenieros Oscar Zamora y José Guadalupe Vela en Monterrey quienes se muestran optimistas para recuperarse de sus respectivos derrames cerebrales.
Comunique un mensaje textual del doctor Abiel Méndez Domínguez, quien sufrió un tercer derrame hace cinco meses, quien con su medicina herbolaria, fortaleza espiritual y fe en Dios ha sobrevivido dos años; sin embargo me encargó que les dijera que “El Oso está herido de muerte y nos llevará en el recuerdo hasta en su última hora”. Finalmente propuse visitar a Javier López Tijerina quien es huésped de su hermana en esta Ciudad; vino de Tampico a tratarse un carcinoma bucal a la Clínica Regional del Norte -al día siguiente, el domingo departimos por más de una hora con él-. Enseguida les declamé “La sinjónica” una poesía jocosa, divertida. Nos quedamos a cafetear la plática nuestro anfitrión Rafael Adame, Adrián Williams, J. Manuel Flores, Salustia Garza, Beatriz Pérez Cabello, Alfonso Wong y yo. Acordamos reunirnos nuevamente el próximo cinco de diciembre.