“La Basílica de Guadalupe en la #CDMX, es el Santuario Mariano más visitado del mundo #PresumeTuCDMX”, ha destacado la Secretaría de Turismo capitalina en su cuenta de Twitter @TurismoCDMX.
El templo que cumplió 40 años el pasado 12 de octubre, actualmente resguarda la imagen de la «Morenita del Tepeyac» y se consagró el 12 de octubre de 1976.
Tiene una arquitectura más moderna y responde a la función de acoger a los miles de peregrinos que la visitan todos los días del año y que llegan de todas partes del mundo.
De acuerdo con información de la Arquidiócesis de México, este recinto se construyó de base circular, con 100 metros de diámetro, para que el mayor número de visitantes pudieran participar de las celebraciones litúrgicas y admirar la belleza del ayate de Juan Diego.
También remite a la idea de universalidad de Dios, mientras que la cubierta, al ser como una gran carpa, recuerda la tienda que usaban los judíos en su peregrinar por el desierto y es símbolo del manto de la virgen que protege a quien la visita.
El interior de la Basílica tiene una capacidad para 10 mil personas, ubicadas en la parte central y en las nueve capillas del piso superior, que en caso necesario, pueden prestarse para ceremonias distintas a la del altar mayor.
En el sótano de este recinto se ubican las criptas, con más de 15 mil nichos y 10 capillas para recordar a los difuntos que ahí descansan.
El edifico fue realizado a partir de un proyecto de Pedro Ramírez Vázquez, arquitecto mexicano conocido por obras como la del Museo Nacional de Antropología, ubicado en el bosque de Chapultepec en la capital del país.
Antes de esta edificación, la imagen de la virgen se conservaba en la antigua Basílica de Santa María de Guadalupe.
En este templo, fue el arquitecto Pedro de Arrieta quien colocó en cada una de las puertas un relieve con una de las apariciones a Juan Diego y las imágenes de apóstoles y profetas.
Las cuatro torres, la cúpula y el arco poligonal sobre la puerta principal, se pusieron para relacionar este santuario con el Templo de Salomón, ubicado en la ciudad de Jerusalén.
La Secretaría de Turismo capitalina señaló en su página Web que según la tradición mexicana la Virgen de Guadalupe se apareció por primera vez a Juan Diego Cuauhtlatoatzin el 9 de diciembre de 1531 en el Cerro del Tepeyac.
En su cuarto encuentro con el indígena, le pidió que colectara rosas en su ayate para llevarlas a fray Juan de Zumárraga, con la finalidad de que en ese sitio se le erigiera un templo.
Cuando Juan Diego mostró el ayate al obispo, apareció la imagen de la virgen y desde entonces marcó el inicio de la devoción de los mexicanos por la Guadalupana.