diciembre 13, 2024
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diciembre 15, 2016 | 81 vistas

OSAKA, Japón, diciembre 14 (Agencias)

El Kashima Antlers, campeón de Japón, culminó la sorpresa y se clasificó para la final del Mundial de Clubes al imponerse por 3-0 al Atlético Nacional colombiano en la primera semifinal disputada en el estadio Suita City de Osaka.

Un “gol tecnológico”, un penalti que advirtieron los asistentes de video al colegiado húngaro Viktor Kassai, transformado por Shoma Doi a los 33 minutos, permitió adelantarse al Kashima.

Pese a que el dominio y la mayoría de las grandes ocasiones fueron para el Atlético Nacional, no pudo culminarlas y lo pagó de forma increíble en los últimos minutos con los goles de Yasushi Endo (m.83) y de Yuma Suzuki (m.85).

La derrota incluso hubiera sido ya un castigo excesivo para el conjunto de Reinaldo Rueda, pero el marcador es absolutamente sorprendente a la vista de lo sucedido en el césped del estadio de Osaka, donde el Atlético Nacional fue netamente superior y tuvo numerosas oportunidades como para ganar hasta con claridad.

El Kashima Antlers, que anteriormente había dejado en la cuneta al Auckland City y al Mamelodi Sundowns sudafricano, exprimió sus virtudes y logró hacer historia al convertirse en el primer equipo japonés que alcanza la final, éxito que rozó el pasado año el Sanfrecce Hiroshima.

El conjunto de Rueda lo hizo prácticamente todo para ganar, menos marcar. Tuvo un buen puñado de ocasiones claras, pero entre su falta de acierto, de fortuna y la actuación magnífica del guardameta Hitoshi Sogahata, se dilapidaron sus ilusiones en este Mundial de Clubes.

Aunque el Kashima exigió al meta Franco Armani en un par de ocasiones, en una primera mitad vibrante, de ida y vuelta, fue el Atlético Nacional el que pudo incluso sentenciar con importantes ocasiones.

El trío formado por Miguel Borja, Jhon Mosquera y Orlando Berrio, fueron una pesadilla para la zaga de Masatada Ishii, y las incorporaciones de Mateus Uribe incrementaban el tremendo peligro con el que se aproximaba constantemente el campeón de la Copa Libertadores.

Para colmo de males, pasada la media hora, el colegiado húngaro Víktor Kassai recibió una notificación por los auriculares de los asistentes de vídeo, y tras repasar la jugada en la banda decretó pena máxima por acción de Berrio en un lanzamiento de falta anterior.

Incrédulos, los jugadores y la hinchada verdolaga, contemplaron cómo el árbitro decretaba el punto fatídico y Shoma Doi no desaprovechó la oportunidad.

Un duro golpe para el conjunto colombiano, que estuvo cerca de encajar el segundo de no haber sido por un providencial Armani. No obstante, de inmediato reanudó su acoso y derribo contra el equipo japonés y volvió a disponer de opciones por medio de Berrio, Uribe y Mosquera. Sin fortuna en las tres.

El intervalo intensificó la tónica del partido. El Atlético Nacional dominó incluso con más claridad ante un Kashima que se pertrechó atrás a la espera de desplegar algún contragolpe y a confiar en seguir aliado con la fortuna.

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