NACIONES UNIDAS, diciembre 16 (Notimex)
La ciudad siria de Alepo, que ha sido sitiada durante meses por una ofensiva emprendida por el Gobierno con respaldo de fuerzas internacionales, se convirtió en “un sinónimo del infierno”, dijo este viernes el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
En su última conferencia de prensa al frente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban destacó que “la matanza que ocurre en Siria es una afrenta para la conciencia mundial” y, en especial calificó la situación al este de Alepo como un infierno.
“Como dije al Consejo de Seguridad hace tres días, hemos fallado de manera colectiva al pueblo sirio. La paz solo prevalecerá en el país cuando esté acompañada de compasión, justicia y rendición de cuentas por parte de los responsables de los crímenes abominables que hemos visto”, expresó.
Los comentarios de Ban sucedieron a tres meses de que el conflicto en Siria, que ha causado la muerte de medio millón de personas según cálculos de organismos civiles, cumpla seis años de haber iniciado.
La Oficina de la ONU para al Coordinación de Asuntos Humanitarios reveló que el conflicto ha provocado que 13.5 millones de personas en Siria requieran de asistencia humanitaria para subsistir, lo que incluye a 4.9 millones de personas atrapadas en zonas sitiadas de difícil acceso.
A 15 días de que concluya de manera oficial su mandato al frente de la ONU, Ban mencionó también el conflicto en Sudan del Sur, que esta semana cumple tres años de haber iniciado, y que ha causado el desplazamiento de millones de personas fuera del país más joven del mundo, creado apenas en 2011.
“Los líderes del país han traicionado la confianza de su pueblo, y han desperdiciado el acuerdo de paz. Decenas de miles de personas han muerto”, fustigó Ban.
Añadió que su asesor principal sobre el tema de genocidio, Adama Dieng, ya ha advertido sobre la probabilidad de que se desencadene un genocidio en territorio sudsudanés.
“Continuamos haciendo gestiones para lograr la distribución de asistencia humanitaria. Insto al Consejo de Seguridad a adoptar medidas más concertadas que incluyan, incluso, medidas coercitivas”, dijo Ban.
El conflicto en Sudán del Sur tiene su origen en el enfrentamiento entre el presidente Salva Kiir y el ex vicepresidente Riek Machar, que representan diferentes grupos étnicos en el país.
De acuerdo con observadores de la ONU el conflicto está relacionado con el control de los recursos petroleros.
Ban también aludió a la necesidad de que se cumpla el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que describió como un “logro imprescindible” al que hay que apoyar y cultivar.
Al hacer un balance de su mandato, sostuvo que en la década durante la que estuvo al frente de la ONU se puso constantemente a prueba a la comunidad internacional, pero también se vio la acción colectiva para cambiar y mejorar la vida de millones de personas.
“La cooperación internacional continúa siendo el camino que nos guía hacia un mundo más pacífico y próspero. Sin escatimar esfuerzos, seguiré instando a los líderes del mundo, nuevos o de larga data, a que reconozcan este precepto esencial para el siglo XXI”, concluyó Ban.