WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama puso al mandatario ruso Vladimir Putin bajo aviso de que Estados Unidos podría utilizar sus recursos cibernéticos para responder por la interferencia en las elecciones presidenciales, su mayor insinuación a la fecha de que Putin estaba al tanto de los hackeos a los emails durante la campaña electoral.
«Lo que sea que nos hagan, potencialmente se los podemos hacer nosotros», declaró Obama el viernes.
En medio de una controversia postelectoral sobre el hackeo ruso, Obama defendió aguerridamente la postura de su gobierno, incluyendo su rechazo antes de la votación a atribuir motivos por la intromisión o a discutir el posible efecto causado.
Las agencias de espionaje estadounidense indican que los hackeos tenían, al menos, el objetivo parcial de ayudar a que Donald Trump venciera a Hillary Clinton. Algunos demócratas afirman que eso fue lo que definió el resultado electoral.
Aunque Obama evitó criticar por su nombre a Trump, arremetió contra los republicanos que afirma que a la fecha se niegan a reconocer la seriedad de la participación rusa en las elecciones de Estados Unidos.
Obama expresó su descontento en torno a los legisladores y votantes republicanos que, asegura, aprueban a Putin y dijo que a menos que eso cambie, Estados Unidos estará vulnerable a la influencia extranjera.
«Ronald Reagan se estaría revolcando en su tumba», dijo Obama durante su última conferencia de prensa del año en la Casa Blanca. Posteriormente, salió con su familia para pasar sus vacaciones anuales en Hawaii.
Obama declinó a declarar explícitamente que Putin estaba al tanto del hackeo de emails que ensució la contienda presidencial, pero no dejó dudas de su sentir sobre su responsabilidad. Dijo que «en Rusia no sucede gran cosa sin Vladimir Putin» y repitió la aseveración de los servicios estadounidenses de inteligencia de que «esto sucedió en los más altos niveles del gobierno ruso».
Obama dijo que confrontó a Putin en septiembre, pidiéndole al ex jefe de la KGB que «dejara de hacer lo que estaba haciendo». Eso fue un mes antes de que Estados Unidos acusara de manera pública a Rusia. Al insinuar que su solicitud a Putin había sido efectiva, Obama dijo en ese entonces que no «preveía más manipulaciones» luego del encuentro.
El presidente ha prometido una respuesta «proporcional», aunque sin especificar, al hackeo que sufrió el Partido Demócrata y el presidente de campaña de Clinton. Los correos robados durante la campaña fueron difundidos en las últimas semanas por WikiLeaks. El viernes, el director de la CIA, John Brennan, dijo en un mensaje a sus empleados que el FBI está de acuerdo con la conclusión de la CIA de que el objetivo de Rusia era ayudar al triunfo de Trump.
Trump ha restado importancia a las aseveraciones de la CIA y describió los reportes de hackeo ruso de «ridículos» argumentando que tanto los demócratas como la CIA intentan minar la legitimidad de su victoria. No hizo mención al hackeo – ni de Obama – durante la más reciente parada de su gira de «agradecimiento» en Orlando, Florida, la noche del viernes.
Clinton fue mucho más directa al hablar de la interferencia rusa.
«El mismo Vladimir Putin ordenó los ciberataques en contra de nuestro sistema electoral, en contra de nuestra democracia, porque aparentemente tiene algo personal en mi contra», dijo la noche del jueves.
La comisión de inteligencia del Senado informó el viernes que realizará una investigación bipartidista y sostuvo audiencias sobre lo que llevó a los hallazgos de las agencias de inteligencia. «La comisión seguirá los reportes de inteligencia hasta donde nos lleven», dijo el presidente de la comisión, el senador republicano de North Carolina Richard Burr.
Al mismo tiempo, el representante republicano de California, Devin Nunes, presidente de la comisión de inteligencia de la Cámara de Representantes, se quejó de que la supervisión de su comisión a los hackeos fue bloqueada, debido a que las agencias de inteligencia no le entregaron la información a su comisión.
Obama recalcó que les dejará a los expertos políticos el debate a la pregunta sobre si el hackeo alteró el resultado electoral. Sin embargo, criticó a la prensa por lo que llamó una «obsesión» con los correos electrónicos que se difundieron en la recta final de la elección.
Dijo que su rechazo a detallar de manera pública la respuesta de Estados Unidos a Rusia refleja la necesidad de responder «de una manera inteligente y metódica».