Rubén Jasso.-
La vida de Ezequiel Reynoso Ochoa dio un giro de 360 grados hace poco más de cinco años cuando sufrió un infarto que lo llevó a permanecer en el hospital por varios meses, y las causas eran varias, pero el estrés era la principal, sumado a una alimentación no del todo adecuada, y situaciones que le generaban preocupación… y mermaban su salud.
Fue entonces que hizo un análisis del estilo de vida que llevaba y tomó una decisión que hoy en día le ha permitido convertirse en un referente de los ultra maratones a nivel nacional, “nutriéndose” de conocimientos y experiencias en su constante andar por otras latitudes, factores que se han sumado a la exigente preparación que un atleta de alto rendimiento requiere para cumplir con metas que solo un selecto grupo de corredores puede hacer realidad.
Poco a poco, “Cheque” fue rompiendo moldes y dejando de lado una vida, que si bien no era sedentaria, tampoco le permitía conocer el límite de sus fuerzas y de su mente, hasta que empezó a entrenar para derribar muros, “fue difícil al principio porque hay muchos vicios arraigados, muchas cosas, límites que te pone mucha gente… empecé a entrenar por gusto y luego le dediqué más tiempo”, dice.
Su fuerza de voluntad fue tanta, que empezó a especializarse en ultra maratones (cien kilómetros), sumando una buena cantidad en estos años recientes, ganando a la par un cúmulo de experiencias y grandes amistades en toda la República Mexicana.
A manera de entrenamiento, el sábado anterior participó en la tradicional Carrera del Pavo dedicada a Enrique Blackmore Smer (+), mencionando tras su llegada a la meta que al día siguiente tomaría parte en el Ultra Trail llamado “La Triple Corona”, una competencia de 42 kilómetros en ascenso, a cinco mil metros sobre el nivel del mar en la Cumbre del Itzaccihuatl.
En su agenda, “Cheque” también tiene apuntada otra importante cita en esta Ciudad, “El 31 de diciembre tenemos aquí la carrera clásica del PAP (Club Paso a Paso) y ya iniciando el año corremos el 28 de enero un Ultra Maratón que es de los mejores de Latinoamérica que se llama ‘Oso Negro’, son cien kilómetros de montaña, son cinco cumbres en Santiago, Nuevo León”, señaló.
Con la satisfacción del deber cumplido, el atleta hizo un recuento de sus metas cumplidas en este 2016,”Gracias a Dios fue un buen año, tuvimos siete maratones, siete ultra maratones y cuatro medios maratones más nueve ‘carreritas’ chicas”.
Para lograr lo anterior, Reynoso Ochoa destaca la intensa preparación que debe llevar puntualmente, “Si definitivamente, en puros entrenamientos llevo aproximadamente dos mil kilómetros y en competencia llevo más de mil kilómetros corridos con ocho kilos de peso en hidratación, tienes que cargar todo lo que ocupas y cambiar tenis, llevar chamarra y todos tus suplementos alimenticios”, explicó.
Además de la parte competitiva, el victorense menciona un valor agregado que distingue a todos los “runners” cuando ven a un compañero en apuros, “Es muy común, es una práctica que tenemos, que si alguien se lesiona nos quedamos a apoyar o a señalar rutas porque a veces la nieve las tapa o pueden pasar muchas cosas como una creciente de río… entonces procuramos siempre ayudarnos, echarnos la mano”, afirma con orgullo.
Acerca de las experiencias que ha adquirido en participaciones junto a los atletas Tarahumaras, “Cheque” destaca el aprendizaje que le han dejado y el gran nivel que siempre demuestran, “Estoy corriendo con ‘El club más loco’ de Chihuahua, con el ‘Club de Guachochi’, la mayoría de ellos son campeones mundiales y me han enseñado bastantes técnicas, acabamos de correr el Maratón de León con ellos con excelentes resultados”.
Contento, el victorense señala que su nivel le ha permitido ubicarse entre los mejores atletas de todo México, “Ahorita estoy considerado el octavo corredor de montaña de la categoría veteranos de todo el norte del país, precisamente la semana que entra me hacen un reconocimiento en el Pentlatón Militarizado Universitario de Nuevo León, y si, con los Tarahumaras corremos algunas carreras larguitas”, puntualizó.
