CIUDAD DEL VATICANO, diciembre 25 (Notimex)
En su saludo de Navidad el Papa Francisco pidió este domingo “valentía”, “reconciliación” y “diálogo” para Colombia y Venezuela, al pasar revista a los principales conflictos del mundo.
Asomado al balcón central de la Basílica de San Pedro y ante una multitud congregada en la plaza vaticana, el pontífice clamó por la paz en “zonas calientes” como Siria, Irak y Ucrania, antes de impartir su bendición “Urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
En su discurso, pronunciado en italiano, recordó que el poder del niño Jesús “no es el poder de este mundo, basado en la fuerza y en la riqueza”, sino “el poder del amor”, el poder que “regenera la vida, que perdona las culpas, reconcilia a los enemigos, transforma el mal en bien”.
“Hoy este anuncio recorre toda la tierra y quiere llegar a todos los pueblos, especialmente los golpeados por la guerra y por conflictos violentos, y que sienten fuertemente el deseo de la paz”, constató. Entonces leyó una larga lista de zonas de conflicto.
“Pedimos concordia para el querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de diálogo y de reconciliación”, señaló.
“Dicha valentía anime también la amada Venezuela para dar los pasos necesarios con vistas a poner fin a las tensiones actuales y a edificar conjuntamente un futuro de esperanza para la población entera”, precisó.
Pidió paz para la “martirizada Siria”, donde “demasiada sangre ha sido derramada”, sobre todo en la ciudad de Alepo escenario, en las últimas semanas, de una de las batallas más atroces. Urgió a que se garanticen asistencia y consuela a la extenuada población civil, respetando el derecho humanitario.
Advirtió que “es hora de que las armas callen definitivamente” y la comunidad internacional “se comprometa activamente” para que se logre una solución negociable y se restablezca la convivencia civil en el país.
Imploró la misma paz en la “amada Tierra Santa”, para que los israelís y los palestinos tengan la “valentía y la determinación” de escribir una nueva página de la historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y armonía.
“Paz en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo, para que se curen las divisiones y para que todas las personas de buena voluntad se esfuercen para iniciar nuevos caminos de desarrollo y de compartir, prefiriendo la cultura del diálogo a la lógica del enfrentamiento”, añadió.
Al final de su mensaje, el Papa saludó no solo a las personas presentes en la Plaza de San Pedro sino también a quienes seguían su mensaje a través de los medios de comunicación.
Insistió que en este día de alegría todos están llamados a contemplar al niño Jesús, que devuelve la esperanza a cada hombre sobre la faz de la tierra. Y concluyó con un “¡Feliz Navidad para todos!”.