diciembre 14, 2024
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enero 14, 2017 | 103 vistas

México.- Muchos cubanos se han quedado en el limbo, en el umbral de un paraíso por el que muchos han perdido la vida, han gastado una fortuna ahorrada durante años y enviada por sus familias y han sufrido todo tipo de penurias.

La administración Obama puso el jueves fin a la histórica ley conocida como «pies secos, pies mojados» que desde hace dos décadas daba la residencia y unos considerables beneficios a los cubanos que conseguían poner sus pies en tierras norteamericanas.

Por tierra o por mar, el exilio de la isla ha dejado un reguero de finales tristes y felices. Hoy, el mundo de todos esos cubanos inmigrantes se divide en tres: los que lo consiguieron, los que se han quedado en mitad del camino y los que fallecieron en el intento.

Una cadena hispana de televisión captó unas emotivas imágenes del último cubano en cruzar bajo esa ley el Río Bravo. El resto, a partir de ahora lo hará como el resto de centroamericanos, ilegalmente con Trump y su muro mediante.

En Laredo, Texas, José Antonio Batista se abrazaba entre lágrimas a compatriotas que le preguntaban ¿qué le dijo el oficial? Y José Antonio, sabedor de que le tocó la lotería, explicaba «que soy el último, que es la ley y que a partir de las cuatro era oficial». Y atrás quedaron mujeres y hombres que no tuvieron la suerte de José Antonio y que para reunirse con sus familias deberán volver a jugarse la vida.

Entre ellos y José Antonio, a los que separaban unos metros, unos segundos, la diferencia es abismal. Él tiene papeles, derecho a ayudas económicas y de estudios y ellos, que son miles de cubanos varados en la misma frontera o en Brasil, Panamá, Nicaragua….forman ya parte oficial de la inmensa tropa humana de personas que deberá jugarse la vida para poder vivir ilegalmente en el dorado americano.

Con información de El Mundo

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