diciembre 15, 2024
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enero 20, 2017 | 140 vistas

NUEVA YORK (AP) — Diciendo que llevaron a la justicia a uno de los capos de la droga más destacados del mundo, fiscales en Estados Unidos describieron a Joaquín «El Chapo» Guzmán como el arquitecto de una red de violencia, corrupción y adicción a las drogas que se prolongó tres décadas, y dijeron que buscan decomisarle 14.000 millones de dólares.

Extraditado el jueves desde México, Guzmán se presentará en las próximas horas en una corte federal en Brooklyn. Las autoridades estadounidenses lo buscaron durante años mientras él protagonizaba descaradas fugas de prisión y pasaba años prófugo en México.

«Él es un hombre conocido por una vida de crimen, violencia, muerte y destrucción, y ahora tendrá que responder por eso», dijo Robert Capers, el fiscal federal de Brooklyn.

Como jefe del cártel de Sinaloa, Guzmán encabezó una organización que envió toneladas de cocaína y heroína a Estado Unidos usando camiones cisterna, aviones que aterrizaban en pistas clandestinas, barcos contenedores, lanchas motoras e incluso submarinos, dijeron los fiscales. Tal vez algo más conocido eran los túneles que su cártel construía bajo la frontera con Estados Unidos para transportar droga, dijo Wifredo Ferrer, el fiscal federal de Miami.

El cártel hizo miles de millones de dólares en ganancias y contrató a sicarios para asesinar, secuestrar y cometer actos de tortura, de acuerdo con las autoridades. Además, los traficantes del grupo organizado también ayudaron a alimentar una epidemia de abuso de drogas en Estados Unidos en las décadas de 1980 y 1990, indicaron los fiscales.

«Millones de estadounidenses se volvieron adictos a sus venenosas drogas», dijo Capers.

De momento se desconoce quién representa a Guzmán en tribunales. La agencia antidrogas DEA lo llevó en avión desde la fronteriza Ciudad Juárez a Nueva York el jueves por la tarde, de acuerdo con las autoridades federales. La extradición sucedió horas antes de que Donald Trump, quien ha criticado duro a México, asumiera como presidente.

Estados Unidos había tratado de llevar al capo mexicano a los tribunales desde que por primera vez le presentaron cargos en el sur de California a comienzos de la década de 1990. Ahora «El Chapo», que tiene 50 y tantos años, enfrenta la posibilidad de pasar la vida en una prisión estadounidense por acusaciones en seis jurisdicciones en todo el país, entre ellas Nueva York, San Diego, Chicago y Miami; además de México. Se prevé que sea procesado en Brooklyn.

Guzmán estaba en una prisión cerca de Cuidad Juárez, fronteriza con Estados Unidos. Fue capturado hace un año, después de escapar por segunda vez de un penal de máxima seguridad en 2015 a través de un túnel de kilómetro y medio de longitud que llegó al piso de la ducha de su celda, un episodio sumamente vergonzoso para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Los abogados de Guzmán habían disputado la extradición desde que fue recapturado en 2016, y el jueves dijeron que el gobierno mexicano lo envió a territorio estadounidense para distraer al público de las protestas que ha habido en todo el país por el alza a los precios de la gasolina.

«Fue ilegal. Ni siquiera nos notificaron», dijo su abogado Andrés Granados. «Lo manejaron políticamente para opacar la situación de las gasolinas».

Un tribunal rechazó un recurso amparo contra la extradición y falló que ésta era constitucional, señaló la cancillería mexicana en un comunicado.

Carl Pike, un ex agente de la DEA que pasó la última parte de su carrera ayudando a la agencia a perseguir a Guzmán, dijo el jueves que siempre confío en que el capo sería enviado a Estados Unidos, pero consideró el momento «interesante».

«Es una forma de agradecer a Obama y otra forma de decir Sr. Trump, bienvenido a la arena», dijo Pike.

Derek Maltz, quien encabezó la División de Operaciones Especiales de la DEA hasta su retiro en 2014, dijo que la extradición reafirma el compromiso de México para trabajar con Estados Unidos y frenar el poder de los cárteles mexicanos de la droga, mientras que la fecha podría verse como un esfuerzo de buena fe por parte del gobierno mexicano.

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