diciembre 12, 2024
Publicidad
febrero 6, 2017 | 111 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 5 (AP)

La Ciudad de México ya tiene Constitución. El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, promulgó este domingo el texto de derechos y libertades de la capital que se sitúa entre los más progresistas del país al garantizar, entre otros puntos, la igualdad entre todo tipo de familias, los derechos reproductivos y a una muerte digna. Además, anula el fuero que tradicionalmente ampara a ciertos servidores públicos.

La capital mexicana ya se había situado a la vanguardia en asuntos como el aborto -es el único lugar del país donde está completamente despenalizado- o los derechos de la comunidad LGTB pero ahora su primera Carta Magna, que entrará en vigor el año que viene, afianza estos derechos y abre la puerta a otros, por ejemplo, al “permitir el uso médico y terapéutico” de la marihuana y sus derivados.

En momentos en que la corrupción y la impunidad son uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos, establece que los servidores públicos “son responsables por los delitos que cometan durante el tiempo de su encargo” y subraya que “en la Ciudad de México nadie goza de fuero”.

Además, permite la revocación del mandato del jefe de Gobierno mediante consulta popular si así lo pide al menos el diez por ciento del censo e introduce la participación ciudadana en el proceso para selección de los órganos de Gobierno del Poder Judicial.

El derecho a tener Internet en lugares públicos, la defensa del medioambiente y los recursos naturales -en una de las ciudades más contaminadas del mundo- , el derecho de las comunidades indígenas a desarrollar sus propios sistemas políticos o los derechos de los animales son otros de los temas garantizados en la Carta Magna que ahora tendrán que concretarse en leyes secundarias que garanticen su cumplimiento.

Para Clara Jusidman, académica y miembro de la Asamblea Constituyente, aunque la capital sigue teniendo injerencia del poder federal porque es sede de los tres poderes de la República, el texto representa la culminación de un proceso de mayor autonomía que se inició en 1997, cuando la ciudad pudo elegir por primera vez a sus gobernantes, antes impuestos por la presidencia.

Es, asimismo, “un mapa de ruta para los gobernantes futuros” y un “ejemplo” para el resto del país porque es la primera constitución que desagrega los derechos —es decir, los detalla de forma específica— y los hace exigibles, con lo que un ciudadano ya no es beneficiario de un programa de Gobierno sino titular de un derecho que si es violado puede reclamar ante la justicia.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, presente durante la promulgación, destacó que el texto es resultado de un gran diálogo y negociación con lo que se ha conseguido llegar a “un proyecto compartido de ciudad” que da “voz a las mayorías sin descuidar los derechos de las minorías” y que sienta las bases para un proyecto de país.

Miguel Ángel Mancera, por su parte, también subrayó el nivel de consenso llegado para consolidar un proyecto al que se aspiró durante décadas una ciudad fundada hace siete siglos.

La redacción de la primera Constitución de la capital fue fruto de meses de trabajo de los constituyentes, entre los que había legisladores, académicos y representantes de la Presidencia de la República.

“El 80 por ciento del proyecto planteado por Mancera se logró”, agregó Jusidman aunque aspiraciones como garantizar una renta básica, el voto a partir de los 16 años o un sistema de prestaciones para trabajadores por cuenta propia se quedaron en el aire.

Comentarios