HOUSTON, EU., febrero 6 (AP)
Los Patriots completaron la más grande remontada en la historia del Super Bowl. La espectacular actuación da pie al debate de si su quinto campeonato los convierte en la máxima dinastía en la NFL, y sobre el sitio que Nueva Inglaterra ocupa entre las franquicias más dominantes en las ligas deportivas profesionales.
Quizá la discusión principal gira sobre el dúo conformado por el quarterback Tom Brady y el entrenador Bill Belichick. Ambos son dueños de toda clase de récords.
Hay algunas cifras que no pueden ser debatidas, como el mayor número de Super Bowl disputados por un equipo (nueve) y por un quarterback (siete). Con cinco títulos, Brady es ahora el quarterback con la mayor cantidad, superando por uno a Terry Bradshaw y Joe Montana, ambos miembros del Salón de la Fama, y los cinco campeonatos de Belichick lo ponen arriba del entrenador de Bradshaw en Pittsburgh, Chuck Noll.
En el Super Bowl, Bradshaw y Montana nunca consiguieron una remontada que se acerque remotamente a la recuperación de 25 puntos orquestada por Brady en una victoria de 34-28 sobre Atlanta el domingo.
Fue el primer Super Bowl que se definió en un tiempo extra.
“Tenemos al mejor quarterback de todos los tiempos”, aseguró el defensive lineman Trey Flowers. “Tranquilo, calmado, solidario y enfocado en hacer jugadas. Eso es lo que ha estado haciendo durante toda su carrera”.
Green Bay ganó los primeros dos Super Bowls con Bart Starr y tiene cuatro títulos. Los Steelers de Bradshaw se convirtieron en el equipo referente de la década de 1970, con Roger Staubach y los Cowboys de Dallas muy de cerca. Los 49ers de Montana dominaron la década de 1980.
Troy Aikman ayudó a los Cowboys a convertirse en el primer equipo con tres campeonatos en cuatro temporadas en la década de 1990 –y Brady lo igualó una década después.
Starr, Bradshaw, Staubach (un experto en remontadas), Montana, Aikman.
Vince Lombardi, Noll, Tom Landry, Bill Walsh, Jimmy Johnson.
Ninguno de ellos cuenta con credenciales que superen la constante excelencia de Brady y Belichick, el único dúo en participar en siete Super Bowls y ganar cinco.
“Lanzó un hechizo sobre nosotros que cambió todo”, comentó el tacleador Nate Solder sobre Belichick y su mensaje al medio tiempo, cuando los Patriots perdían 21-3 para luego hundirse más con un 28-3 en el tercer periodo.
Fuera de bromas, los Patriots nunca cayeron presa del pánico, probablemente porque pueden inspirarse en cosas como su racha de 16 temporadas consecutivas con saldo positivo de victorias y derrotas (Dallas posee el récord con 20), sus 34 juegos de playoffs –la mayor cifra de la NFL– o las 25 victorias en postemporada para Brady.
“Al medio tiempo, yo diría que no estábamos deprimidos en lo absoluto”, afirmó Brady, que ganó su cuarto premio al Jugador Más Valioso de un Super Bowl al encabezar dos series ofensivas de touchdown en el cuarto periodo que incluyeron conversiones de dos puntos para llevar el partido a tiempo extra. “Nos sentíamos decepcionados por la forma en que jugamos, y sabíamos que éramos capaces de salir y hacerlo mucho mejor en la segunda mitad”.
Brady y Belichick están debajo de los nueve títulos de NBA que Bill Russell y Red Auerbach ganaron juntos en Boston, o los seis que Michael Jordan y Phil Jackson dieron a Chicago.
Siempre habrá argumentos a favor de las múltiples dinastías de los Yanquis de Nueva York, que tienen 27 títulos de Serie Mundial. El campocorto Derek Jeter y el manager Joe Torre ganaron cuatro de ellos juntos en un lapso de cinco temporadas, de 1996 a 2000, sin mencionar a Mickey Mantle y Casey Stengle o a Lou Gehrig y Joe McCarthy.
Y no hay que pasar por alto a los Canadiens de Montreal, que ganaron 16 títulos de la NHL en 27 temporadas de la década de 1950 a la de 1970.
Sin embargo, los reflectores se mantienen firmes sobre Brady, Belichick y los Patriots, que podrían no haber terminado su labor –de antemano son favoritos para alzar el trofeo en 2018.