CIUDAD DE MÉXICO, febrero 9 (Notimex)
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió aumentar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 6.25 por ciento.
En su primer anuncio de política monetaria del año, expone que el entorno actual que enfrenta la economía hace relevante que las autoridades fortalezcan los fundamentos macroeconómicos, consolidando las finanzas públicas y ajustando la postura de política monetaria al ritmo que sea oportuno, al tiempo que se impulsa la implementación de las reformas estructurales.
El instituto central precisa al respecto que la liberalización en los precios de las gasolinas debería significar un avance en el fortalecimiento del marco macroeconómico del país, por la reducción que representa de las vulnerabilidades de las finanzas públicas.
Una postura fiscal sólida es esencial para fortalecer el marco macroeconómico y coadyuva a reducir la percepción de riesgo en la economía, creándose un entorno más propicio para el crecimiento y la estabilidad de precios, argumenta.
Reconoce que la tendencia al alza que presentó la inflación a finales de 2016 se vio exacerbada en enero pasado, al llegar a 4.72 por ciento, debido principalmente al efecto de los ajustes en los precios de algunos energéticos, principalmente los de las gasolinas.
Se espera que la inflación durante el año en curso se vea afectada de manera temporal tanto por cambios en precios relativos de las mercancías respecto de los correspondientes a los servicios, derivados de la depreciación del tipo de cambio y del impacto transitorio de la liberalización de los precios de las gasolinas.
No obstante, continúa, se anticipa que durante los últimos meses de 2017 y en 2018 tanto la inflación general, como la subyacente, retomen la tendencia convergente al objetivo de tres por ciento, a medida que disminuyan los efectos de los choques mencionados.
El Banxico aclara que esta previsión está sujeta a riesgos, y que a la alza, el principal es que se eleven aún más las expectativas de inflación.
Lo anterior, como consecuencia, por una parte, de que derivado de la incertidumbre externa la moneda nacional experimente depreciaciones adicionales y, por otra, que los incrementos en los precios de los energéticos eleven más allá de su impacto natural los precios de bienes y servicios.
Entre los riesgos a la baja, destaca la posibilidad de que se presente una apreciación de la moneda nacional; reducciones adicionales en los precios de algunos insumos por las reformas estructurales.