Rebeca Maldonado.-
Pedro Vázquez es el nombre de un mexicano que fue deportado en los Estados Unidos, es originario de Pachuca, Hidalgo y ya tenía 20 años viviendo en EU.
Un día cualquiera cometió una infracción de tránsito por la que fue detenido; pagó su fianza y regresó a casa, solo para ser arrestado nuevamente a las puertas de su propiedad.
Estuvo varias semanas en prisión, con otros mexicanos que tendrían el mismo destino que él. Fueron tratados como cualquier criminal, llevaron cadenas en manos, cintura y tobillos mientras pasaban de una cárcel a otra.
Vázquez, llegó hace unos días a la Ciudad de México, en un vuelo del gobierno de EU proveniente de El Paso, Texas, con los bolsillos vacíos y decepcionados de haber dejado no sólo su trabajo sino a su familia. Lo único que llevaba consigo era una mochila negra que les habían dado a cada uno de los indocumentados que regresaban al país, que contenía una tarjeta telefónica, un boleto de autobús y una carta en donde se explicaba que lo habían repatriado.
El mexicano, fue recibido por un grupo de reporteros que lo apabullaron un poco entre cámaras, micrófonos y muchísimos cuestionamientos. Pedro Vázquez, aún confundido hizo algunas declaraciones en donde afirmó que piensa volver a EU aunque tenga que pagar 4 mil 500 dólares al pollero que lo devuelva a su hogar.
“Dejé en Estados Unidos, mi trabajo, mi esposa, mis carros y mi departamento” explicó Vázquez, que se dedicaba a la construcción y ganaba 16 dólares la hora.
“Estaré 15 días en México y regresaré a Estados Unidos. Voy a regresar, no será difícil pasar aunque haya un muro… voy a pagar 4 mil 500 dólares al pollero para regresar. Allá no es vida, tienes que trabajar si quieres vivir, pero es mejor que aquí. Vale la pena, vives mejor”.
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