Para muchos, cuando se es adulto, se practica lo que se aprendió en la niñez. El ser humano nace sin prejuicios, es por ello que, desde temprana edad, los padres deben ser los encargados de forjar personas responsables y comprometidas con la buena voluntad. Es indispensable inculcarle a un niño las responsabilidades simples como arreglar su cuarto y hacer en tiempo y forma las tareas de la escuela.
También, nutrirlo de capacidad para negociar, una herramienta que le servirá todos los días; que cada cosa adicional que pida, venga en un intercambio que le dará la fluidez en su vida para alcanzar objetivos, siempre, provenientes de una contribución de su parte. ¿Cómo se negocia con un padre? Se parte de la intención de lograr algo y crear las condiciones para obtenerlo.
Es importante nutrir desde la niñez la capacidad para negociar, porque es una herramienta que se usará toda la vida
En palabras de Andrés Báez, experto asesor en negociación de ac novus, un hijo que recibe todo y al que no se le exige nada, más tarde, querrá ganar en absoluto por encima de quien sea y a costa de lo que sea. «El niño quiere un juego de video. Los padres deben esperar a que lo pida, para luego hacer una oferta por él: manifestar que si obtiene el artefacto, se comprometerá a dormirse temprano, por ejemplo», explicó Báez como parte de la práctica ganar-ganar.
Así como se pide, se requiere negociar; no hay más opciones para forjar a un individuo que hacer que cree posibilidades recíprocas, en este caso, en pro de su recompensa, ésa de realizar su parte y tener en sus manos el beneficio.
-Mamá, papá, ¿puedo ir a la fiesta? Es posible que los papás se nieguen a conceder este permiso. Un diálogo eficaz, partiría de comunicar una tarea de la casa antes de solicitarlo. Será más fácil si se lava los platos de la cena, se ordena la ropa o se limpia el cuarto. ¿Verdad que el tono es diferente y en esta negociación sí sería viable el «sí»?