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febrero 16, 2017 | 159 vistas

Un ensayo recientemente redescubierto de Winston Churchill muestra al líder de Gran Bretaña en tiempos de guerra misteriosamente profético sobre la posibilidad de una vida alienígena en planetas que orbitan estrellas distintas del Sol.

El artículo, un documento mecanografiado de 11 páginas, fue redactado en vísperas de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y actualizado en los años 50, décadas antes de que los astrónomos descubrieran los primeros planetas extrasolares (o exoplanetas) en los años noventa.

Churchill señaló temas que dominan el debate de hoy sobre la vida extraterrestre, lo que demuestra que “razonó como un científico”, según un análisis de su trabajo publicado en la revista Nature esta semana.

La búsqueda de la vida en otros mundos ha despegado en los últimos 20 años, ya que las observaciones han sugerido que la Vía Láctea puede contener más de mil millones de planetas del tamaño de la Tierra que podrían ser habitables.

Churchill ya pensaba en líneas similares hace casi 80 años. “Con cientos de miles de nebulosas, cada una con miles de millones de soles, existen enormes posibilidades de que haya un número inmenso que posea planetas cuyas circunstancias no harían la vida imposible “, escribió.

También se refirió a la importancia del agua líquida para la vida: argumentó que un planeta adecuado tendría que estar “entre unos pocos grados de congelación y el punto de ebullición del agua”.

Los científicos modernos están más ocupados que nunca en busca de signos de vida en tales ambientes, tanto en nuestro propio sistema solar como en el universo más amplio. Hasta ahora no han encontrado nada.

El ensayo de Churchill fue probablemente pensado como una pieza de ciencia popular para un periódico, aunque nunca apareció en la impresión. El famoso erudito ya había escrito artículos científicos similares para periódicos y revistas, incluyendo uno sobre el poder de fusión en 1931.

Titulado ¿Estamos solos en el Universo?, el ensayo fue descubierto el año pasado en los archivos del Museo Nacional Churchill de Estados Unidos en Fulton, Missouri, y se mandó al astrofísico Mario Livio para que lo examinara.

En su análisis en Nature, Livio elogia el pensamiento claro de Churchill, así como su apoyo a la ciencia como herramienta de la política gubernamental. Churchill fue el primer ministro en contratar a un asesor científico.

 

Con información de: www.lavanguardia.com

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