WASHINGTON.- El gobierno de EU evalúa expulsar a México a los inmigrantes indocumentados de cualquier nacionalidad para que tramiten sus peticiones de asilo desde territorio mexicano, indicaron altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Para poder quedarse en EU, muchos centroamericanos tramitan peticiones de asilo y alegan que sufrieron persecución en sus países y temen por su vida, por ejemplo, debido al hostigamiento de las maras o pandillas, que reclutan a los jóvenes y exigen el pago de un impuesto en las zonas bajo su influencia.
En vez de esperar en Estados Unidos en un centro de detención para indocumentados, los extranjeros aguardarían el resultado del largo proceso de petición de asilo en territorio mexicano, lo que permitiría al Departamento de Seguridad Nacional clausurar algunos centros de detención y disminuir costos.
“No significa que esas personas sean deportadas a México, sino que lo que se le permite al Departamento de Seguridad Nacional es hacer que esa persona espere en México. Han atravesado México, así que tienen permiso de alguna forma para llegar hasta EU», dijo en una llamada con la prensa un alto funcionario del DHS, quien pidió el anonimato.
El funcionario aseguró que los inmigrantes tendrán que esperar en México y no en Estados Unidos, aunque incidió en que el Departamento de Seguridad Nacional aún está trabajando en los detalles operacionales.
Según dijo, la idea es que los inmigrantes puedan ir a un puesto de entrada en la frontera entre México y EU para tramitar su caso e, incluso, comparecer ante un juez de inmigración en una «corte de entrada», ya sea físicamente o mediante teleconferencia.
En los últimos años, se ha incrementado de manera exponencial la llegada a Estados Unidos de inmigrantes indocumentados de Centroamérica, especialmente de El Salvador, Honduras y Guatemala, que huyen de la violencia de las bandas criminales y de la falta de oportunidades económicas.
Actualmente, México detiene en su frontera a más centroamericanos que Estados Unidos y, de hecho, en 2015 México deportó a 165 mil centroamericanos, mientras que Estados Unidos expulsó a 75 mil.
Coincidiendo con la llegada a EU en verano de 2014 de miles de niños centroamericanos, el Gobierno de México proclamó el plan «Frontera Sur», que incrementó la vigilancia en la frontera con Guatemala y cortó algunas de las rutas que tradicionalmente usaban los inmigrantes en su camino al norte.
No obstante, México concede un visado por razones humanitarias a algunas de las personas que llegan hasta su territorio y, en algunas ocasiones, esos inmigrantes tienen como objetivo final llegar a Estados Unidos.