CIUDAD DE MÉXICO, febrero 21 (Agencias)
“Yo estaría contenta cuando se acabe la injusticia y cuando nos respeten como indígenas”, dijo Jacinta Francisco Marcial antes de que el procurador general de la República, Raúl Cervantes, reconociera su inocencia y que la dependencia a su cargo cometió irregularidades en su caso, al igual que con Teresa González y Alberta Alcántara.
El Procurador reconoció que la dependencia hizo mal su trabajo ocasionando daño moral. “Hemos asegurado mecanismos para que hechos como este no vuelvan a repetirse”, afirmó Cervantes a las indígenas Jacinta, Alberta y Teresa.
El evento se dividió en dos disculpas, una por el caso de Jacinta y otra por las acusaciones contra Alberta y Teresa.
Entre gritos de “¡Justicia, justicia!” Raúl Cervantes expresó: “atendiendo a la petición de usted, Jacinta Francisco Marcial reconozco públicamente su inocencia respecto a los delitos que se le acusó y por los que pasó tres años en prisión”.
Se comprometió a que en la PGR se trabaje con transparencia y calidad para que “no vuelvan a ocurrir casos de este tipo”.
La mujer de 54 años sólo hizo una petición; que los colaboradores de Cervantes Andrade “hagan bien su trabajo y no metan a la cárcel a personas inocentes”.
En tanto en el reconocimiento de inocencia de Alberta y Teresa, el titular de la PGR mencionó: “la Procuraduría hizo mal su trabajo lo que ocasionó un daño moral, por lo tanto resulta un deber reparar el daño causado. Alberta y Teresa reconozco públicamente su inocencia por los delitos que se les imputó y por los que de manera injusta fueron privadas de su libertad”.
En su oportunidad, Teresa González envío un mensaje a las mujeres para que luchen, “que no se queden calladas, para que la sociedad sepa la verdad, sí se puede, a veces por miedo nos quedamos en silencio, hay que cambiar”.
Tere, que estuvo acompañada de su hija Jazmín, quien nació en prisión, también hizo una petición; “señor Procurador, le pido que se comprometa a que casos como el nuestro no sucederán más, que no fabricarán pruebas y que no habrá gente inocente en la cárcel por delitos que no cometió”.
Alberta Alcántara no contuvo el llanto al recordar los días difíciles en reclusión, pero afirmó que “siempre hay una luz en el camino”. Ella tampoco cree que esta disculpa le devuelva “el tiempo perdido”.