diciembre 14, 2024
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marzo 1, 2017 | 92 vistas

WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump se mostró el martes por primera vez abierto a la posibilidad de una reforma migratoria, pero no abandonó las denuncias y críticas contra la inmigración ilegal que mantuvo durante su campaña electoral.

Durante su primera alocución al Congreso desde que asumió el poder, el mandatario dijo que una reforma migratoria debe privilegiar los méritos y las aptitudes profesionales, por encima de trabajadores poco calificados.

Señaló que tanto republicanos y demócratas pueden avanzar en ese camino, siempre y cuando se tenga como guía mejorar los salarios de los estadounidenses, reforzar la seguridad nacional y restaurar un respeto por las leyes.

Sin embargo, no adelantó cuáles medidas tiene en mente para resolver el estatus de los once millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización.

De inmediato, y a nombre de los demócratas, una joven inmigrante le respondió desde el mismo Congreso.

«Trump y los republicanos pueden usar una retórica más calmada y aparentar moderación, pero sabemos que las palabras se las lleva el viento. Son las acciones las que importan», dijo Astrid Silva, una de los 750.000 «dreamers», como se les conoce a las personas que fueron traídas ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños y a quienes el ex presidente Barack Obama extendió un alivio migratorio.

El jefe de la mayoría republicana en el senado Mitch McConnell dijo el martes que si Trump tiene una propuesta sobre migración, «estaríamos contentos de echarle un vistazo».

Pero el jefe de la fracción demócrata Chuck Schumer señaló que Trump tiene mucho que hacer para alcanzar una reforma bipartidista.

«La comunidad inmigrante está justificadamente asustada de lo que el presidente Trump ha hecho. Su orden ejecutiva va más allá de lo propuesto por nadie más», dijo a reporteros. «La gente tiene miedo».

Apenas unos minutos después de hablar de la posibilidad de una reforma migratoria, Trump también anunció la creación de una oficina en el Departamento de Seguridad Nacional dedicada a atender a los estadounidenses que resulten agredidos por inmigrantes sin autorización.

«Vuestros seres queridos nunca serán olvidados, siempre honraremos su recuerdo», dijo dirigiéndose a las viudas de dos policías californianos asesinados por un inmigrante sin autorización en 2014 que acudieron como invitadas de honor de la Casa Blanca.

Desde su llegada en enero a la Casa Blanca, Trump ordenó intensificar las deportaciones de inmigrantes no autorizados, negar fondos federales a los gobiernos locales que rehúsen cooperar con autoridades migratorias y construir un muro a lo largo de la frontera con México.

El énfasis de Trump en los perjuicios que la inmigración ilegal representa para los estadounidenses contrastó con varios congresistas demócratas hispanos, que acudieron al discurso acompañados por activistas, familiares de inmigrantes recientemente deportados o por dreamers.

Horas antes de pronunciar su discurso, Trump dijo a puertas cerradas a presentadores televisivos que está dispuesto a considerar una reforma a las leyes migratorias que permita la legalización de numerosas personas que residen en Estados Unidos sin autorización.

Una persona al tanto de la conversación y que solicitó el anonimato por no estar autorizada a conversar con periodistas, señaló que Trump aseguró estar dispuesto a conceder la naturalización de los «dreamers».

Agregó que «el momento es apropiado» para un proyecto de ley siempre que haya un «mutuo acuerdo» de ambas partes.

El congresista demócrata Luis Gutiérrez, una de las principales voces en el tema migratorio, dijo que Trump miente cuando afirma que apoya una reforma.

«El presidente ve a los latinos e inmigrantes como amenazas, como criminales y como asesinos. La comunidad latina no olvidará», indicó.

En su discurso, Trump indicó que la reforma legislativa debe tener como guía el mejorar los salarios de los estadounidenses, reforzar la seguridad nacional y restaurar un respeto por las leyes.

«Si estamos guiados por el bienestar de los ciudadanos estadounidenses entonces creo que republicanos y demócratas pueden trabajar juntos para alcanzar una meta que ha eludido a nuestro país durante décadas», indicó.

Durante su alocución ante el Congreso, el mandatario agregó que buscará darle énfasis a las aptitudes profesionales de los inmigrantes, porque eso «ayudará a familias en dificultades, incluyendo a las familias inmigrantes, a ingresar a la clase media».

La última vez que el Congreso intentó reformar las leyes migratorias fue en 2013, después de que los votantes hispanos contribuyeran decisivamente a la reelección del ex presidente Barack Obama.

El Senado aprobó un proyecto de ley que incluía la opción de la naturalización de los inmigrantes sin autorización, pero la iniciativa naufragó en la cámara baja.

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