Mauricio Zapata.-
En medio de flores, colores alusivos al gusto femenino y demoras marcadas, los diputados locales de Tamaulipas literalmente se encueraron.
La jornada inició muy temprano con un desayuno en el vestíbulo del recinto parlamentario, en donde el Congreso, o mejor dicho, la Junta de Coordinación Política, ofreció a las principales mujeres del gabinete estatal y a una que otra diputada local, aunque estas fueron colocadas en las mesas secundarias.
Fue ahí en donde se les dotó a los de la mesa principal de una genuina cuera tamaulipeca como símbolo del orgullo que les hace ser oriundos de esta entidad.
En el lugar había muchas flores porque el diputado Carlos García González instruyó repartir un ramo a todas las empleadas del Congreso local, incluso a las periodistas que cubren las sesiones.
Más tarde, los diputados y diputadas se desbalagaron para atender, dentro de sus comisiones, diversos eventos alusivos al día, además de la agenda que tendría en la capital el gobernador Francisco García.
Por ello, el inicio de la plenaria se demoró como nunca antes en lo que va de la actual gestión parlamentaria. La cita era a las 12:00 horas y comenzó casi 60 minutos después.
La primera en llegar fue la presidenta de la Mesa Directiva, Beda Gerardo Hernández, quien desde 15 minutos antes de las 12:00 estaba sentada sola en la máxima Tribuna del estado. No se movía. Permanecía quieta mirando hacia el frente. Para entonces sólo estaban en el Salón de Plenos cinco legisladores. Beda se mantenía en su postura: rígida, sentada de lado y con la cara en alto. Esto se fue modificando poco a poco, porque terminó con los codos en la mesa recargando su cara tras 35 minutos de retraso. Eso sí, nunca se paró de su lugar y se animó cuando comenzaron a entrar poco a poco los de su bancada y la saludaban, pero para entonces iban ya 50 minutos de espera.
Inició la sesión. Beda Gerardo lo hizo con una frase reflexiva por el día de las mujeres y terminó su primera arenga con un “Dios me las bendiga siempre”, ahí desde la laica Mesa Directiva del Poder Legislativo.
Las flores en las curules tampoco se hicieron esperar ni los mensajes vía celular a las legisladoras por su día.
Y se presentaron iniciativas para promover el respeto, la pluralidad, los derechos humanos, la no discriminación y la igualdad de género, pero irónicamente fueron más los varones que subieron a Tribuna que las propias damas, a pesar de que es esta legislatura la que más porcentaje de curules femeninas tiene.
Sólo Mónica González subió por parte del PRI para leer una iniciativa. María de la Luz Castillo tomó turno para hacer lo propio con un dictamen y ya en el punto de Asuntos Generales hubo más participación femenina, no obstante, en la suma del trabajo de este día, fueron más los varones que hablaron.
La interacción entre los legisladores locales de las diferentes bancadas fue más abierta y más relajada. De hecho, hubo un poco más de charla y de acercamiento entre unos y otros.
En la jornada se aprobó la condecoración de un sacerdote con la medalla “Luis García de Arellano”. Ahí, el diputado Ciro Hernández de deshizo en elogios al condecorado en un discurso demasiado largo para dar a conocer lo que en el dictamen final ya estaba plasmado.
Pero mientras este lo hacía, el diputado del Partido Verde, Humberto Rangel Vallejo aprovechó para atravesar el Salón de Plenos y saludar, uno a uno, a los diputados del PAN, a quien incluso, abrazó y les dedicó algunas palabras de amistad.
Las sesiones siguen sin tener debate, quizás en la de ayer no había motivos para tenerlo, porque incluso se aprobaron iniciativas priistas de la anterior legislatura, pero la actual gestión sigue siendo parca para el enfrentamiento verbal y la defensa de posturas e ideologías. En resumen, fue una plenaria sin aspavientos y transcurrió sin interrupciones. Ahora ni siquiera hubo las ovaciones del Grupo Parlamentario del PAN cuando uno de ellos sube a la Tribuna.
Por su parte, Carlos García González hoy estuvo menos inquieto y a diferencia de otras sesiones, en la de ayer no subió a la Tribuna parlamentaria.
La sesión duró unas tres horas y después de eso, se recogieron las flores, los colores morados y rosas y todo quedó exactamente igual que antes del Día de la Mujer.