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marzo 11, 2017 | 129 vistas

SEÚL, Corea del Sur, marzo 10 (AP)

En un fallo histórico y unánime de este viernes, la Corte Constitucional de Corea del Sur retiró del cargo a la destituida presidenta Park Geun-Hye, en medio de un escándalo de corrupción que ha sumido al país en la inestabilidad política y empeorado una profunda división nacional.

Dos personas murieron más tarde en las protestas contra la decisión judicial, que coronó una demoledora caída para Park, primera mandataria mujer de Corea del Sur y que llegó al poder en 2012 impulsada por la nostalgia latente por su padre, que fuera dictador del país. Sin embargo, su presidencia se desmoronó mientras millones de manifestantes indignados llenaban las calles surcoreanas.

La decisión del panel de ocho magistrados abre la posibilidad de posibles procesos penales en su contra y la convierte en la primera líder surcoreana elegida democráticamente que es removida del cargo desde que llegó la democracia a la nación a fines de la década de 1980.

También agrava la incertidumbre política y de seguridad en un país que enfrenta una amenaza contra su propia existencia de su eterno rival, Corea del Norte. Además, China ha amenazado con represalias económicas por el despliegue de un escudo antimisiles estadounidense en territorio surcoreano y la llegada del nuevo Gobierno estadounidense ha planteado dudas sobre el futuro de la vieja alianza de seguridad entre los dos países.

“Los actos de Park de violación a la Constitución y la ley son traición a la confianza pública”, dijo el presidente interino de la Corte Suprema, Lee Jung-Mi. “Los beneficios de proteger la Constitución que pueden ser obtenidos al despedir a la acusada son enormemente grandes. Por consiguiente, en una decisión unánime del panel de la corte, nosotros emitimos un veredicto: Despedimos a la acusada, presidenta Park Geun-Hye”.

Lee acusó a Park de conspirar con su antigua confidente, Choi Soon-Sil, una civil, para extorsionar millones de dólares a empresas y de permitir que Choi interfiriera en asuntos de estado y tuviera acceso a documentos que contenían secretos de estado. Esas son las acusaciones ya planteadas por los fiscales, aunque Park se ha negado a ser interrogada acogiéndose a una ley que da inmunidad a un mandatario en el cargo ante investigaciones.

No estaba claro cuándo intentaría la fiscalía interrogar a la ex presidenta.

El abogado de Park, Seo Seok-Gu, que antes había comparado la impugnación de la mandataria con la crucifixión de Jesucristo, describió el veredicto como una “decisión trágica” tomada bajo presión popular y cuestionó la imparcialidad del tribunal.

Corea del Sur debe realizar una elección en un plazo de dos meses para elegir al sucesor de Park. El progresista Moon Jae-In, que perdió ante Park en la elección de 2012, goza actualmente de una ventaja cómoda en las encuestas de opinión.

Cualquiera que se convierta en el próximo líder recibirá un país que enfrenta a un hostil Corea del Norte, una economía estancada y profundas divisiones sociales y políticas.

Encuestas previas al veredicto mostraron que entre el 70 y el 80 por ciento de los surcoreanos entrevistados querían que la corte aprobara la destitución de Park. Pero había preocupaciones de que el despido de Park polarizara más al país y ocasionara violencia entre sus partidarios y opositores.

Con la percepción de que se haría historia, miles de personas —tanto a favor como en contra de Parl— se reunieron alrededor del edificio de la Corte Constitucional y en una enorme plaza pública en el centro de Seúl.

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