abril 24, 2024
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marzo 14, 2017 | 179 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Una prueba de balística de la Procuraduría General de la República, (PGR), descartó que la bala que mató al joven Cristian de Jesús Reyna Ortiz, la madrugada del 20 de agosto pasado en Tula, haya sido disparada por alguna de las armas que utilizaban los agentes de la Policía Estatal “Fuerza Tamaulipas”, implicados y señalados como responsables del crimen.

Con ello, prácticamente la Procuraduría General de Justicia del Estado, (PGJE), se quedó sin pruebas para sostener la acusación por homicidio y abuso de autoridad, en contra de los agentes Conrado Martínez Ramírez y José Angel Martínez Ochoa, internados actualmente en el Centro de Ejecución de Sanciones, (Cedes), de Ciudad Victoria, bajo prisión preventiva.

En razón de esa situación, la defensa de los imputados, encabezada por el abogado, José Angel Treviño, solicitó al Juez de Control realizar una audiencia de sobreseimiento del proceso, en la que demandara la inmediata libertad de los dos policías.

La Audiencia fue programada para las 11 horas de éste próximo viernes en ésta capital.

“Vamos a hacer una exposición metódica de lo que obra dentro del expediente para explicarle al Juez que no hay razón para seguir prolongando el encarcelamiento de los imputados. No hay una sola prueba que los señale como responsables del homicidio, y ahora menos con el resultado de la prueba de balística realizada por la PGR a solicitud del mismo agente del Ministerio Público que tiene a cargo la investigación” indicó.

Además de ello, dijo, ya venció la prórroga de un mes en el plazo del cierre de investigación, solicitado por la fiscalía precisamente para pedir el apoyo de la PGR en el dictamen pericial.

El informe de la PGR detalló que el objeto bélico sustraído al cuerpo de la víctima estaba en condiciones de ser comparado con las armas de los 10 agentes de “Fuerza Tamaulipas”, involucrados en los hechos, aunque de ellos solamente dos fueron formalmente acusados del homicidio y abuso de autoridad.

La PGR resolvió que , luego de hacer la prueba comparativa, quedó establecido que la bala que causó la muerte del joven no salió de ninguna de las armas que portaban los policías estatales.

“Eso deja un resultado contundente: que ninguno de los policías es el responsable del homicidio. Por eso estamos pidiendo el sobreseimiento del proceso” detalló.

Treviño recordó que una línea de investigación que no siguió el agente del Ministerio Publico fue el de un joven que viajaba en la camioneta con la víctima, y quien escapó al momento de los hechos.

Ese muchacho fue localizado al día siguiente y al ser sometido a la prueba de rodizonato de sodio resultó positivo igual que el ahora occiso, lo que significa que dentro de la camioneta los ocupantes accionaron armas de fuego.

Como se sabe, la madrugada del 20 de agosto pasado, un grupo de jóvenes que viajaban en una camioneta Dakota desobedecieron una orden de “alto” de un grupo de Policías Estatales, en Tula.

De acuerdo con la acusación del agente del Ministerio Público, los policías dispararon contra el vehículo y mataron a Cristian de Jesús, quien recibió un disparo de calibre 223.

Sin embargo, los agentes han negado en todo momento los hechos.

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