diciembre 15, 2024
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marzo 23, 2017 | 243 vistas

Rebeca Maldonado.-

Desde siempre se nos ha inculcado que la venganza es un sentimientos negativo, que no se debe hacer uso de ninguna habilidad para causar daño a alguien que en algún momento nos molestó, que más bien, uno debe perdonar y seguir. En las relaciones de pareja es bastante común que cuando algo termina mal, los individuos tienden a crear resentimiento y deseos de desquitar el dolor que se les ha causado, y aunque esto es algo que no es aceptable para la sociedad, un estudio confirma que en ocasiones, la venganza es buena para nuestra salud.

Claro que no estamos hablando de represalias mayores a tu ex pareja, ni que esté bien que le quieras hacer la vida imposible, pero confirmamos que sentir deseos de venganza es completamente normal y que no eres un monstruo por tener un poco de coraje dentro.

The Journal of Personality and Social Psychology, reveló que la venganza es saludable para la mente. Los investigadores David Chester y C. Nathan DeWall, realizaron un estudio dividido en varias fases; la primera, consistió en que los voluntarios debían enfrentarse a comentarios negativos de otras personas, consientes de que tendrían la posibilidad de vengarse de sus críticos a través de un muñeco vudú virtual, lo que dio como resultado que después de su “venganza”, los criticados se sintieron de mejor ánimo.

Posteriormente, en la segunda etapa los investigadores se deshicieron del muñeco vudú virtual, simplemente para constatar si los participantes eran capaces de desquitarse con la otra persona; para que esto fuera posible, suministraron píldoras de placebo a algunos voluntarios, para que en teoría, mejoraran sus funciones cerebrales durante el test al que les iban a someter. A otros se les decía que dicha pastilla lograría que su humor no se alterara cuando se sintieran agredidos por las críticas.

Después, se les pidió a los voluntarios jugar un videojuego “trucado” para tener cierta desventaja sobre los otros y provocar enojo, para que en la segunda ronda del juego, tuvieran la posibilidad de perjudicar a su competencia al reproducir un sonido molesto que desconcentraba a los otros. Como era de esperarse, la mayoría aceptó desconcentrar a sus contrincantes realizando diversos sonidos.

Al final, los participantes a los que se les advirtió que la pastilla habría de mejorar su humor, decidían no molestar a sus contrincantes, a pesar de haberse sentido tan incómodos al principio, pues confiaban plenamente en que su humor no se vería afectado. Por lo que los expertos concluyeron que la venganza no era sólo algo que las personas hacían para tomar revancha, sino que quienes la practicaban, buscaban sentirse mejor.

 

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